El museo se transladó al antiguo palacio del visir Ibrahim Pasha en 1983. No se sabe la fecha de construcción del palacio pero sí que en 1520 fue presentado por el sultán Süleyman el Magnífico al visir Ibrahim Pasha. Nuestra guía nos dice que la colección del museo es de más de 40.000 piezas que cubren bastantes periodos del arte islámico.
La colección es variada y no hay demasiada gente, lo cual se agradece. Hay muchas cosas interesantes, mucho que nos cuenta la historia de la Turquía islámica
(Inscripción Kufic del periodo Umayyad, siglo VII)
A través de las piezas nos vamos enterando un poco más de la historia del país y las invasiones que sufrío a lo largo de los siglos.
Hay un poco de todo, desde la Puerta de la Gran Mezquita de Cizre
con un maravilloso trabajo en bronce
a relieves con figuras (del siglo XIII),
frisos de azulejos que tanto me gustan
y mucho trabajo en bronce
(Astrolabio de bronce, 1283)
(Lámparas de aceite. Periodo Seljukid)
(Quemador de incienso. Periodo otomano. Último cuarto del siglo XIX)
(Juego de escritura)
y madera. Esta puerta de ventana (siglos XII a XIV) es magnífica
También los coranes son toda una obra de arte,
(Periodo Timurig. Entre 1405-1477)
lo mismo que los álbumes de caligrafía
y las firmas y documentos oficiales de los sultanes
(Firma del sultan Selim II. Istanbul, 12 de enero, 1569 d.c. El documento cuenta los detalles de los límites de un número de pueblos de Vize y Pasharivasi)
Cerámica, joyas, vasijas
(Periodo Timurig. Siglos XV-XVI)
y alfombras. Hay algunas en el pasillo
pero la mayoría están en dos grandes salas colgando de las paredes. Cada patrón de dibujo y colores cuenta la historia de los pueblos y zonas turcas de donde provienen
La parte más moderna del museo es la sección de etnografía. Este escaparate que muestra las diferentes toallas para los baños turcos y los zapatitos para salir del baño me gustó mucho
La lluvia pasó cuando salimos
Tanju e Idil nos esperan para ir a tomar el te de las cinco con la familia Koçak, los padres y hermanos de Mehmet. Pasamos a recoger el equipaje al hotel y salimos a luchar con el tráfico de la ciudad olvidándose de él y no desesperándose
Es una alegría volver a encontrar a todos. A Tanju le conocimos en Madison hace 6 o 7 años. A los demás en la boda de Mehmet en Marco Island en septiembre.
Me gusta mucho esta familia de corazón grande y mirada sincera
Su hospitalidad estos días ha sido única. Son de las personas que realmente se te quedan por dentro. Además, nos han ayudado a conocer la ciudad y la cultura más desde adentro. Nos sentimos muy agusto
La mamá ha estado cocinando todo el día. La comida es riquísima
Las conversaciones son en turco y en inglés. Entre traducciones y lenguaje de signos nos comunicamos. Hablamos de comida, de tradiciones, de familias. Siento en ellos las misma preocupaciones que las nuestras, la misma lucha para alcanzar cierta estabilidad económica, por la educación de sus hijos; la misma lucha con gobiernos que no aciertan a llevar a los países a democracias justas y en fin, el día a día.
A Mehmet le decimos que solo falta él en este grupo y le damos las gracias
¿Un café turco para despedirnes de Estambul por el momento?
La lluvia pasó cuando salimos
Tanju e Idil nos esperan para ir a tomar el te de las cinco con la familia Koçak, los padres y hermanos de Mehmet. Pasamos a recoger el equipaje al hotel y salimos a luchar con el tráfico de la ciudad olvidándose de él y no desesperándose
Es una alegría volver a encontrar a todos. A Tanju le conocimos en Madison hace 6 o 7 años. A los demás en la boda de Mehmet en Marco Island en septiembre.
Me gusta mucho esta familia de corazón grande y mirada sincera
Su hospitalidad estos días ha sido única. Son de las personas que realmente se te quedan por dentro. Además, nos han ayudado a conocer la ciudad y la cultura más desde adentro. Nos sentimos muy agusto
La mamá ha estado cocinando todo el día. La comida es riquísima
Las conversaciones son en turco y en inglés. Entre traducciones y lenguaje de signos nos comunicamos. Hablamos de comida, de tradiciones, de familias. Siento en ellos las misma preocupaciones que las nuestras, la misma lucha para alcanzar cierta estabilidad económica, por la educación de sus hijos; la misma lucha con gobiernos que no aciertan a llevar a los países a democracias justas y en fin, el día a día.
A Mehmet le decimos que solo falta él en este grupo y le damos las gracias
¿Un café turco para despedirnes de Estambul por el momento?
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