Antes de sentarnos a tomar café pasamos por Buenavista
y damos un paseo por uno de esos lugares que tanto me gustan, un camino junto al mar,
un mar abierto de constante latir
Al fondo la carretera y el peñasco que más tarde cruzaremos
y al lado, el campo de golf
Privilegio. Cita de azul, abrazos, encuentro
Vamos hacia allá
y de paso, un café desde donde casi tocar mar
Hacia allá vamos,
por una de esas carreteras cortadas a tajo en la montaña. La pendiente es poderosa y el vértigo se sirve en bandeja a quienes lo sientan.
Luego, el faro de Teno, el punto más occidental de la isla, el Finisterre de la península,
el mar recogido y la costa que llega más al sur a un lado
y el mar abierto al otro con La Gomera la fondo
Caminamos. Miramos y miramos el mar con toda su fuerza, su poderoso ser,
el faro solitario
El tiempo y el horizonte se diluyen en ese lugar
No sé lo que tardamos en llegar a Garachico. Es allí donde nos dejamos llevar por la luz del atardecer
e imaginamos el otro lado del horizonte
con la sonrisa
que le da la bienvenida a la noche
Cenamos en El mesón del vino y disfrutamos la cena como todos estos días de atrás, hoy con un sabor de cocina tradicional vestida con sayas más nuevas: diferentes mojos para el pan, ensalada templada con langostinos, bacalao con batata, manzana y chips de plátano, atún con mojo canario, carne feria, príncipe Alberto con mus de mango y brownie para terminar
Fuimos los últimos en irnos de esa terraza en la que a pesar del frío disfrutamos la conversación y el buen hacer culinario
Mañana más.
2 comentarios:
Precioso, atractivo y extenuante recorrido. Recuerdo mi viaje invernal por la isla. Nada que ver.
Saludos!
Preciosa carretera que discurre junto al mar. El mar, cada vez lo echo más de menos. ¡Qué luces!
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