Llegué a Poza Rica a las cuatro de la tarde para luego ir al ejido San Miguel, donde se estaba haciendo una huapangueada. Nada más ver a Arturo y Blanca, a Marta, Oliverio y Naum, supe que estaba allí. Me senté junto a ellos y charlamos. Hacía dos años que no nos veíamos. La última vez fue en el Encuentro de las Huastecas en Citlaltépec. Sentados. Escuchando y sintiendo la lluvia cálida en ese aire húmedo de la Huasteca que te envuelve y no te deja. Platicando y viendo cómo la gente iba llegando, los puestos de comida, los tríos, otros artesanos. Luego la música, el baile.
Hoy despertamos sin prisas. No queremos llegar muy tarde a Citla pero volvemos al lugar de la huapangueada a desayunar. Los ejidatarios tienen una reunión y Arturo habla con ellos también. Nosotros nos entretenemos más en el desayuno-almuerzo con nombre y apellidos huastecos: zacahuil, un tamal enorme que aquí preparan un poco distinto porque parece que cuecen el pollo aparte de la masa
Es noviembre y es mes de comer tamales, especialmente en la región. Tamal y café de olla.
Luego una charla sobre la Huasteca que Arturo da y que termina con música del trío Valle Dorado
Luego emprendemos el camino de regreso a Citla. El paisaje de la Huasteca es espectacular, especialmente en época de lluvias. Es un paisaje que varía constantemente, que le pertenece a la tierra, que te envuelve. En esta parte los ranchos y terrenos para el ganado son extendidos
Más allá son las montañas y antes, la selva baja. En el camino, esos puestos inconfundibles de mieles caseras y frutas recién recogidas,
mandarinas, plátanos manzanos
y niños de mirada serena y sincera,
esculturas enormes como la de este colotero en El Álamo
o instantes como este para ver una cascada en esa montaña acompañada de luz cerca de Jococa
Es ahí nuestra siguiente parada, en Jococa, lugar de palomas, donde vive Naum con su familia. Llegamos para comer con ellos. La familia se ha reunido como muchos otros domingos. Son muchos y todos viven muy cerca.
Blanca y Arturo están charlando con la mamá de Naum cuando les hago esta foto
y mientras Naum me enseña el taller donde hace sombreros. Es de eso de lo que vive. Ahí están los moldes, el sombrero con el primer tejido antes de darle forma en la prensa, una vez que ya la tiene, el resultado final
Y luego emprender el camino de regreso mientras la última luna de septiembre asciende, se pasea y recoge los sueños de todas sus lunas anteriores
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