No hemos tenido muy buena suerte con el tiempo estos días. Se nos olvida que estamos muy al norte y sentimos cómo el frío húmedo se nos mete en los huesos. Aunque las previsiones no son muy buenas, sabemos que necesitamos salir un poco del albergue, así que nos ponemos sonrisa y gorra,
cargamos nuestras mochilas y palos para el camino,
y nos reunimos para caminar por grupos naturales
Dejamos atrás la entrada al pueblo,
y caminamos para ir a San Cibrián, a la cascada de las Pisas y a Villabácones
Hay muchos lugares bonitos en esta zona pero no podemos hacer una caminata muy larga así que acampamos en Villabáscones donde acampamos para sentarnos a comer en un pequeño lugar junto a la ermita del pueblo
Caminar, comer en el campo, estar afuera. Apetece el cambio y todo lo que un día así trae, las conversaciones, el sentarte junto a los amigos, jugar, compartir de otra manera
Desde allí se ven las montañas que cada día vemos desde el albergue
En algún momento camino un rato por ese camino entre hayas en el que sientes que nada más existe. La cascada no lleva agua, pero el verde se mantiene tanto en el hayal como en los montes sobre los que se asienta el pueblo
Ese verde acoge e invita, acompaña
No sé cuánto tiempo pasamos allí. No hay prisa
Poco antes de que iniciáramos el camino de regreso, uno de los juegos lleva a Maite al agua. Nos reímos un rato y sabemos que todo eso forma parte del día y su desenfado
Caminamos deprisa para volver al albergue. El sol pica pero el aire es frío
Dejamos a los lados los campos segados y regresamos a Soncilo
En el albergue nos esperan esos juegos que nos hubiera gustado hacer en la piscina. Aprendemos a adaptarnos a los días y movemos la maquinaria para que todo siga. Esa fuerza es otra de las cosas que construye el carisma de la EVE y que vive a través de todos, en uno u otro lugar.
3 comentarios:
Nunca he entendido muy bien eso de los bastones para caminar. Yo soy de los que prefieren llevar las manos libres. Un abrazo.
Ya he visto que el tiempo climatológico no os ha ayudado mucho este año... igual haber subido tanto hacia el norte no ha sido la mejor idea...
En cualquier caso ya veo que el EVE sigue siendo tan provechoso como todos los años que te vengo siguiendo... y van ya... he perdido la cuenta, pero unos pocos.
Por cierto, yo que sí camino e incluso corro por el monte (como muy bien sabes, Raquel), he de decirle a Tawaki que los bastones ayudan, y mucho, tanto a marcar un ritmo constante como a impulsarse en las subidas (cansando menos las piernas) y a equilibrarse en las bajadas pronunciadas... fíate. He llegado a "esquiar" sobre laderas llenas de piedras sueltas a una velocidad considerable... la técnica es muy parecida, pero no hay sino botas de monte en los pies... y no esquíes... una sensación alucinante.
Biquiños ;-)
Y qué importa el tiempo que haga con tanta diversión...
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