En la rotonda de la que parte una de las calles más caminadas de esta parte de Estambul hay un sin fin de puestos de comida. Pasas a su lado y es mejor no mirar a quienes los llevan porque constantemente te dicen si quieres comer la especialidad que cada uno vende
Una vez más, lo nuevo y lo viejo
y en esa calle por la que muchísimos caminan, otro mar de gentes y mundos, el tranvía que solo recorre esa calle,
mezquitas y edificios antiguos
junto a otros más modernos, tiendas, hoteles de lujos, vendedores callejeros. Todo cabe. Hay menos mujeres con pañuelo a la cabeza, hay parejas que caminan abrazadas, tacones altos, leggins y botas, muchos que fuman, gente bien vestida, gente que camina deprisa, pocos obesos, ruido, muchos pasos.
Cuando nos cansamos de todo eso vamos a la orilla del mar. La ciudad es un escaparate abierto. También aquí, a pesar de los muchos colores de piel, lo que se vende es lo mismo que en otras partes del mundo
Cuando nos cansamos de todo eso vamos a la orilla del mar. La ciudad es un escaparate abierto. También aquí, a pesar de los muchos colores de piel, lo que se vende es lo mismo que en otras partes del mundo
Nos bajamos en Otraköp y caminamos hacia la orilla del mar buscando una pequeña mezquita que comenta Selim que es una de las más bonitas. Pero tenemos tiempo y pasamos por un lugar donde desde los puestos, como en los mercados en México, se levanta un tumulto en cuanto alguien pasa:
te vende su producto y con una sonrisa te invitan a acercarte y comprar
Cada uno vende algo distinto. Nos paramos un momento a ver éste de dörnas pero hay gente y decidimos volver un poco después
Es un lugar en el que ahora no se ven turistas sino más bien, gente del lugar
El café desde donde se ve el primer puente que atraviesa el Bósforo. Está lleno
Nos paramos a ver la otra orilla
y nos entretenemos observando a la gente. Esta vez no nos hacemos fotos como ellas
y y no nos alegramos de que la mezquita esté en obras.
Esa será una razón más para volver.
Caminamos un poco más por las calles de esta parte, pintorescas y llenas de puestos de joyas
Caminamos un poco más por las calles de esta parte, pintorescas y llenas de puestos de joyas
y personas que se me antojan únicas, como este señor que con calma le da de comer a su perro
Vemos atardecer junto al pequeño muelle
Hemos pasado de caminar esta mañana por una de las partes más conservadoras de Estambul, junto a la Mezquita de Süleyman, a esta de ahora, mucho más liberal y moderna, con tiendas y bares donde sentarse en terrazas con calentadores a tomar algo y fumar shisha
No se nos olvida nuestro gözleme y volvemos al puesto. Vemos cómo Atila prepara con todo detalle este pancake que pedimos de queso y espinacas
y después de tomar algo y sentarnos un momento, vamos hasta Vogue, un restaurante que a pesar de no tener cártel, muchos conocen. Es alta cocina y tanto la cena como la vista (perdón por esta foto terrible tras los cristales), son espectaculares
Por hoy me despido con estos postres: ensalada de frutas con helado de frambues, pastel de higos en hojaldre y helado, y café acompañado por un vasito de lo que nos sabe a ron con limón, azúcar y clara de huevo, algo así como una mezcla entre tequila y pisco sour
(Por cierto, que ese pequeño vaso de ron fue regalo del maître, el chico de la pareja que hizo con nosotros el tour en Capadoccia el primer día que estuvimos allí. Destino lo llaman.)
5 comentarios:
Con tus fotos y una cuantas pinceladas, menudo tour que me he dado por Turkía, ya quiero ir. A ver si se anima mi economía.
Disfruto con tus viajes porque se nota que tienes espíritu de viajera y vas más allá de la típica postal de recuerdo, como a mí me gusta.
Ese pancake tiene buena pinta,y ya no te digo los postres y el licor.
Un beso,
El destino siempre nos sorprende. Menuda colección de personas que reunido. Recuerdo estambul con cariño, aunque yo fui a trabajar y apenas pude fundirme con la ciudad.
Tesa,
el pancake estaba delicioso. Bueno, en realidad, casi todo lo que allí comimos. Es un país para disfrutar y pasar tiempo. Muchas cosas me recordaron a España.
Gracias Tesa.
Un beso
Tawaki,
hay que dejarse llevar por él y dejarnos sorprender.
Tanta gente valiosa y fuerte...!
No conozco Estambul, pero me parece por tus fotografias un lugar con ese encanto de ciudad del viejo mundo.
Lindas fotos en un lindo blog.
Karina,
la verdad es que es una ciudad para conocer y pasar unos días, o una temporada para vivir la cultura viva que en ella se siente.
Gracias por el comentario
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