No la vi ni en verano ni en diciembre. El nido estaba vacío. Ahora, en el silencio de estas calles de fines de abril, el ruido de sus movimientos se mezcla con el canto de los gorriones. Ella, tranquila y ellos, inquietos. Todavía no hay golondrinas. No hace calor. Ha llovido estos días y el sol no acaba de calentar los rincones
Me gusta llegar y sentir el ritmo tranquilo del pueblo, su propia rutina, la sencillez de lo pequeño y la honestidad de lo que algunos llamarían "auténtico"
Yo también tengo mis rutinas. Igual que me gusta vivirlas, me gusta romperlas. Hoy que mamá cumple 86 años es la mejor disculpa para disfrutar de ese gusto.
10 comentarios:
Hola Raquel. Has estado por aquí??...estoy un poco atrasada en las visitas "el ciático" me ha atacado bien, yá estoy mejor.
Que vida más tranquila a la de los pueblos:)
Me gusta esa cigüeña en su nido...por aquí hay muchas.
Un beso.
En los pueblos el tiempo tiene otra medida. Las cigueñas y las personas, saben que no hay reproches en la espera, que siempre tienen su lugar. El mejor lugar para vivir 86 años.
hum!!! disfruta me encantan las fotos yo llevo tiempo sin ir y lo echo de menos con tus fotos me transportas alli y me encanta felicidades a tu madre saluditos!!!!
¡Feliz cumpleaños!
:)
Disfrutadlo mucho.
Besotes
Laura,
ya vi tu otro comentario y te contesté. Hoy me acordé de tus cigüeñas en las chimeneas de las fábricas. Cuidate, por favor.
José,
otra medida, otro catalejo, otra historia. Desde luego que sí.
Rubi,
Precioso estos días sin mucha gente, el pueblo casi en lo más íntimo. Ya sabes cómo es en esta época del año. Pronto te toca a ti venir. Besos
Irre,
la verdad es que se nos hace especial a todos el que haya podido venir ahora. Lo estaba necesitando. Ahora ya solo faltan dos meses antes de volver a venir para pasar un poco más de tiempo.
Le digo a mi ma. Gracias, preciosidad.
Besotes
Como ves, más o menos estoy volviendo... y lo hago casi sin querer...y como para llegar a destiempo al cumpleaños de tu madre.
Ya hemos visto más de uno juntos...y ese pueblo que siempre es nuestro punto de fuga espiritual. Lagunilla es ya una especie de "Macondo" en mi repertorio mítico blogueríl...sus paisajes, las montañas a lo lejos...esas callejuelas...y esa torre del reloj.
Volviendo a la vida.
Biquiños ;-)
Banderas,
qué gusto verte por aquí. Punto de fuga espiritual es una buenísima descripción para Lagunilla.
Qué bien que estés volviendo a la vida. Me alegro mucho. Poder decirlo es ya todo un logro.
Un besote
Muchas felicidades, ...a las dos!
Besos
Las cigueñas crotoran, aprendiámos de pequeñas.
Y ese sonido tan peculiar, que a mí me gustaba imitar, me transporta a mi infancia.
Qué sosiego en este paseo por el pueblo. Preciosas fotos, Raquel, y Felicidades para tu madre.
Un beso,
Mita,
gracias. No te he contestado hasta ahora pero leí tu comentario cuando lo enviaste.
¿Ya os llegó el sol? Porque aquí seguimos esperando. Todo está muy muy verde, eso sí.
Tesa,
sí, crotoran, eso lo aprendí de un amigo. No sabía que tenía un nombre.
Celebramos el cumpleaños durante todo el fin de semana. Fue especial poder estar todos juntos.
Un besote
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