Cusco, tres caras muy visibles en una moneda, muy diferentes y muy entrelazadas unas y otras; territorios de diferentes personajes con muchas historias entretejidas entre todos ellos. Coexisten tal y como lo han hecho durante siglos. Las circunstancias sociales cambian pero mucho de fondo sigue siendo el mismo, una cosmogonía ancestral que sigue vigente. La bandera andina ondea alta.
El mundo del turista se concentra en el centro, alrededor de la plaza y en las mil calles que van a dar a ella. Calles estrechas que de día se caminan y de noche se llenan de puestos de comida o de venta de todo lo imaginable; calles estrechas o anchas con sus horas y luces, ruidos y olores, su gente y sus momentos.
No tan alejado del centro está el mercado central, al que ya no llegan tantos turistas. Además del edificio principal, los puestecitos de venta asoman por todas partes.
Sí, esto también es Cusco
Es lunes y nos damos cuenta de la poca gente que había ayer en la calles. Hoy hay que hacer la compra, ir al banco, hacer trámites de acá para allá. La zona del mercado está llena. Pasas y afortunadamente no te prestan mucha atención ni tratan de venderte nada; el afán diario parece ser lo más importante. Tú eres uno más. Estos niños me sonríen cuando les hago una foto
(A excepción de las niñas que están vestidas para que les hagas una foto, los demás tienen una actitud sencilla y desenfadada. No les importa, te miran y sonríen.)
Hay escenas a cada paso
Hay cosas nuevas por todas partes. Aquí, por ejemplo, la señora está bendiciendo una carta que el chico va a mandar por correo aéreo
Prisas o calma en lo cotidiano. No hay más
Ya entrando en la plaza, el desfile de grupos ya empezó a las 10 u 11 de la mañana, grupos que vienen de toda la provincia de Puno y de otras partes del país. La música suena a lo lejos, los grupos van llegando y esperan turno para entrar. Casi presidiendo la entrada, este gran sikuri
Los grupos de baile de asociaciones o grupos de cultura van pasando
Hay un poco de todo, es un desfile que reafirma la indentidad cusqueña (o alguna de las muchas que probablemente haya) y una forma de seguir revitalizando tradiciones culturales significativas
También desfilan policías, payasos, ciegos, minusválidos... Todos con sus coloridos ponchos o trajes y su banda de música,
o aquello con lo que trabajan, como esta cholita llevando chicharrón de la mano
Impresiona. Me recuerda un poco al carnaval de Oruro (Bolivia), aunque allí el tamaño de bandas y grupos de baile era muchísimo mayor. Los espectadores también llaman la atención
A primera hora de la tarde empezamos a recorrer lugares centros ceremoniales o lugares sagrados para los incas. En pocas horas hemos pasado de lo cotidiano a la celebración folklórica que celebra una riqueza cultural con una larga historia. Y de la celebración a un pasado contado en piedras y ruinas, un pasado que es demasiado largo y rico para simplificarlo aquí. Pero sí quiero al menos, dejar imágenes de algunos de esos lugares, de Saqsaywaman, donde mañana se celebrará el Inti Raymi,
con su magnífica construcción de enormes piedras encajadas a la perfección,
Tambomachay entre esos tonos tan particulares de la montaña bajo un cielo de luz intensa,
Abajo queda Cusco,
con su sorprendente hechura,
entre catedrales e iglesias
También aquí, como en Córdoba, en Mitla, en la Ciudad de México o en Sevilla, iglesias y catedrales utilizaron las piedras de las construcciones de los pueblos originarios. La catedral utilizó piedras sacadas de Saqsaywaman y la iglesia de Santo Domingo
se construyó sobre el antiguo templo del sol, Qorikancha.
Demasiada ironía.
7 comentarios:
Veo que tuviste un brillante día de invierno.
:)
¡Qué cercano me parece todo! y eso que nunca he estado en Cusco.
Y lo bien que me está sentando este viajecito, Raquel. Más, teniendo en cuenta que este año no tendré vacaciones.
Besotes
Irreverens,
pues es que estás aquí. ¿Todavía no te has dado cuenta, cascabelillo?
El sol de aquí es feroz durante el día, quema con nada pero a la sombra hace frío. Todos los días hay esa luz brillante y espléndida. Tú has vivido esa luz en Bolivia.
Un abrazo grande
Irreverens,
pues es que estás aquí. ¿Todavía no te has dado cuenta, cascabelillo?
El sol de aquí es feroz durante el día, quema con nada pero a la sombra hace frío. Todos los días hay esa luz brillante y espléndida. Tú has vivido esa luz en Bolivia.
Un abrazo grande
Olá Raquel, excelente reportagem...
Um abraço
¿cascabelillo? ¡jajaja!
:D
Y sí, esa misma luz la experimenté en Bolivia, ¡y con un frío del carajo!
:))
Fernando, gracias.
Irreverens,
sí, creo que sin duda, un cascabelillo muy despierto y vivaz.
Sí, un frío que no te lo cuento. Es seco pero se mete por todas partes en cuanto oscurece. Al sol te achicharras y a la sombra... en fin. Ya estoy aprendiendo a sobrellevarlo. No quiero ni pensar cómo será en lo alto de las montañas.
Besos!!!
Pues en lo alto de las montañas puede llegar a hacerte llorar. Además, el viento aumenta muchísimo la sensación de frío y allá arriba, por poco que sople, siempre sopla.
A pesar de eso... se echa de menos.
:)
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