martes, junio 17, 2008

Lima, mil rincones y haceres

Mil Limas, mil rincones. Ciudad de contrastes, plazas y parques, casas abandonadas, magníficas mansiones restauradas o echadas al olvido, calles destartaladas, parques nuevos y viejos. Mil paseos y azares. Mil haceres

Escuchar tondero o marinera a esos cantantes de voz timbrada y amplio vibrato tan típico de la música criolla,

guitarra y requinto en mano,

Comer un exquisito ceviche con su choclo y su yuca

o una parihuela con camarones, cigalitas, mero, calamares...

Ir al museo Larco Herrera y recorrer salas con objetos de cerámica de algunas de las muchas culturas prehispánicas de Perú, la sala de textiles, la de las joyas

y la magnífica colección de piezas en la sala erótica

Atravesar la plaza mayor y poder elegir el medio de transporte

Ir al antiguo correos

construído a principios del siglo pasado

y recorrer su galería ahora convertida en lugar para vender santitos, golosinas, muñecas, loterías, postales...

Visitar la magnífica iglesia y convento de Santo Domingo

con su patio,

su biblioteca,

la tumba de Santa Rosa de Lima (patrona de la ciudad) y del tan venerado y querido fraile negro Fray Martín de Porres; visitar la iglesia mientras una misa para los zapateros tiene lugar y ver imágenes de devoción en cada capilla y cada banco, el santo al que se toca, al que se le dejan peticiones, las expresiones barrocas del catolicismo, imágenes que conmueven

Subir al monte San Cristóbal, allá donde las casas están pintadas de colores y la calles son tan estrecha que sólo puede pasar un coche, donde la niebla oculta las luces de abajo pero donde a 500 metros de altura aún se escucha el ruido de la urbe.
Bajar y pasar por comer picarones, una especie de buñuelitos dulces que luego bañan con melaza con una pizca de maíz

Mil capas, sabores, fes, vidas. Lima.

10 comentarios:

Irreverens dijo...

Chica, es que con tus fotos una queda saciada en todos los sentidos: gastronomía, música, escultura, arquitectura, folclore, religión, repostería... Y encima, de un país desconocido, que tú nos acercas tanto que casi nos parece tocarlo.

Pocos blogs dan tanto en tan poco espacio.

Fini Calviño dijo...

Interesantísimas fotos. Saludos

Raquel dijo...

Irreverens,
sólo a veces, sólo a veces. Hoy está nublado en Lima. El congreso empezó y ya no hay tiempo para salir a pasear (por ahora).
Un abrazo

Fine,
gracias y un abrazo.

Anónimo dijo...

Es un lujazo leer todas tus últimas entradas, qué gusto!( y qué envidia poder escuhar todas esas músicas en vivo...uf)

Me alegro mucho de que estés disfrutando tanto . Mil gracias por compartirlo, Raquel, eres un sol!

Un abrazo

Gaëlle dijo...

Es una destinación favorita desde hace mucho pero no he podido ir. Buscaré un pretexto o un disculpa porque tus fotos me han recordado cuánto amo a este continente.
Gracias, disfruta mucho y un abrazo a nuestra viajera :)
Gaëlle

Raquel dijo...

Only,
cuando pasas dos días aquí, empiezas a sentir que controlas un poco más los pasos. Te sentirías igual y encontrarías a quien te haga vivir la ciudad desde dentro.
Un abrazo

Gaëlle,
sí, hay que buscar el pretexto. Tú como guitarrista creo que vas a disfrutar escuchando a los de aquí. Uy! intenso.
Este continente es gigante y es para recorrerlo palmo a palmo. (¿Y qué no lo es?)
Besos

Anónimo dijo...

Tu reportaje he hace caer en la cuenta de que viajar es una actividad muy matemática. Me explico. Miras el cielo estrellado y te deleitas ante semejante maravilla, pero si te concentras en la estrella alfa de la Osa Mayor percibes las colosales dimensiones de Universo. Vas caminando por la montaña a paso ligero, te sientes bien, muy bien, y te paras a contemplar la ladera de enfrente y te quedas perplejo ante la gran escala de la madre Naturaleza. Vas de viaje y te cruzas con miles de paisajes humanos, tan distintos a ti, y tan parecidos a ti también... Ellos van andando, cada uno con sus cosas, tú vas flotando entre ellos, sonriendo.
En todos los casos te ves a ti mismo con otra proporción, más pequeño, más insignificante, lo cual paradójicamente te resulta reconfortante, quizás porque al alejarte de ti mismo también ves menguar en la misma proporción tus desvelos y afanes. Sí, cuando viajes te multiplicas, pero también te divides. Saludos de
Rafael (el programa no me permitía poner esta vez mi identidad).

Raquel dijo...

Rafael,
realmente es así y tú lo has dicho de forma hermosísima.
Un abrazo grande

dintel dijo...

Uf, qué envidia. Con lo que me gusta disfrutar de diferentes gastronomías.

Raquel dijo...

Dintel,
todavía no he comido algo que no me haya gustado. El pescado es muy rico. Hoy fue ceviche de corvina y chupe de camarones. Lomo saltado y yuca frita para compartir en la cena. Hay que probar todo eso.