sábado, agosto 08, 2009

Paseo musical

Hubo una vez una historia que alguien contaba. Era una historia en la que se decía que quienes sólo creían en el lenguaje de ceros y unos, no entendían cómo otro tipo de lenguajes pudieran existir

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La música, por ejemplo, no era tal si no había una afinación perfecta. Tampoco lo era si los ritmos no eran minuciosamente medidos o los intervalos rigurosamente cuantificados. Todo era resultado de una combinación de circuitos perfectamente ordenados. No p0día ser de otra manera. Algo como los derechos a error o la emoción era invento de los humanos

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En esa historia viajamos hoy. Guió nuestro paseo musical.
No hay mucho que decir, tal vez sólo escuchar y caminar con el grupo para escuchar a quienes fueron poniendo música a lo largo del camino. Comenzamos en la puerta del albergue

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y caminamos hasta el parque de San Francisco

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El grupo era numeroso

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No sólo estábamos nosotros sino la gente que nos escuchaba y se quedaba acompañándonos en el recorrido. Cuando llegábamos a la siguiente parada, el grupo ya estaba preparado

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Con cada obra, la balanza se inclinaba más hacia la emoción humana y un poco menos hacia la mecánica. No sólo la variedad de instrumentos y sonidos inclinaba la balanza

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Era también el lugar

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Por mucho que se empeñaran en levantar su voz y defender sus teorías, las mentes cuadriculadas iban perdiendo terreno

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Con las trompas fue un pasito más,

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lo mismo que con las flautas

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y los cuartetos de cuerda

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Recorrimos los rincones de la Plaza del Grano guiados por esa historia llena de color

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que tanto pequeños como mayores siguieron muy atentos hasta el final

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en el que, como bien puede imaginarse, triunfó la música sin números y sin lenguajes inalterables

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Todos gritaron con fuerza ¡música, música! Y así aparecieron los sikus tocando

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y cantando por la plaza,

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llenando el espacio,

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dándole la mano a la música, a quienes la hacen y disfrutan

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¡Música!

5 comentarios:

azuleta dijo...

Desde el otro lado del mundo os siento muy cerca; el domingo pensamos mucho en vosotros, desde otra realidad bien diferente, en el cumpleaños de Martín, despidiéndose de todos sus amiguitos....pensaba yo en el concierto final, en todas esas vivencias que por una vez no hemos podido compartir, y a la vez en la riqueza que será cuando podamos juntarnos y decir nuestros sentires de estos días....un abrazo guapa, por fin encontré esta noche un ratito para leerte... felices sueños

leo dijo...

Qué bonito Raquel. Me habría encantado estar por ahí y escuchar esa música que prometen las fotos.
Lo estaréis pasando en grande, ¿no?
Un besote.

Raquel dijo...

Azuleta,
sabíamos que estábais pensando en nosotros, como nosotros andábamos imaginando cómo estaríais allí. Muy bonito ese día, como siempre. Aunque él no lo supiera, celebramos a Martín con música, con una torta llena de futuros nuevos y esperanzadores.
Un besote y hasta muy muy pronto

Leo,
sí, en grande. Esa es la expresión. Uno de estos días tengo que acompañar el post con las músicas que tocamos.
Un besote también para ti.

dintel dijo...

Se ve a la gente muy implicada, y eso genial, porque esos niños acabarán cogiéndote el relevo.

Raquel dijo...

Sí. Precioso cuando los más mayores empiezan a tomar decisiones y a llevar de la mano a los más pequeños, a los que comienzan. Un verdadero gusto.