viernes, febrero 05, 2010

El museo de la Venta en Villahermosa

Despertamos en una Villahermosa de trópico caluroso y húmedo. Despertamos al ruido también, a calles desordenadas que mueven un tráfico más desordenado aún. Villahermosa es la capital de Tabasco, uno de los estado del Golfo con ese riqueza natural que clima y tierra regalan. Entre otras cosas, tiene mucho petróleo. Pero poco parece salvarse de ese título de villa hermosa

Villahermosa

Por supuesto que sí la gente (o al menos lo que me tocó en el poco tiempo que allí pasamos) y la comida. Tambpoco te aburres entre semáforo y semáforo. Carteles, anuncios

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o negocios no son tímidos al anunciar

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Hemos venido hasta aquí para ver el parque museo de La Venta

Parque Museo La Venta

Subimos desde Chiapas a Tabasco, desde lo maya a lo olmeca. Cuando las condiciones climáticas cambiaron para que la población nómada que llegaba desde Asia se convirta en sedentaria, la domesticación del maíz (5000-4000 a.c) fue fundamental en el proceso. También lo fue el conseguir harina de maíz alrededor del año 2000 a.c. a base de mezclar maíz molido con polvo de piedra caliza. El resultado, el nixtamal, ofreció la base de una nutrición que fue esencial para el crecimiento de la población en Mesoamérica. Eso y el sistema de plantación en milpas que les permitía utilizar la tierra durante varias estaciones antes de dejarla descansar, con lo cual, si había suerte, podían coseguir buenas cosechas.

Dicen los libros que la primera gran civilización que construyó ciudades en Mesoamérica fue la olmeca, gente misteriosa que no dejó un sistema de escritura que se haya podido descodificar. Aparecieron en la base del Golfo de México. La primera gran ciudad olmeca fue San Lorenzo, al sur de Veracruz, la cual creció alrededor de 1.600 o 1.500 a.c. 500 años después se desintegró y fue La Venta la que floreció entre los años 900 y 400 a.c. Casi nada queda allí hoy. La mayoría de los monumentos están en este museo de Villahermosa.

El museo es que está al aire libre. La bienvenida te la da una ceiba maravillosa

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La cultura olmeca es cosiderada "madre" y precursora en muchos aspectos: la construcción de ciudades monumentales, elementos del calendrario o la teoría de un universo vivo con tres niveles de existencia (el inframundo, la tierra y el cielo) en constante conexión. Todo eso se puede apreciar en culturas mesoamericanas posteriores. Sin embargo, la cultura olmeca mantiene características únicas y distintivas en su escultura

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Hay un énfasis en lo masivo, en esas extraordinarias caras llenas de expresividad

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Después de tres siglos, así se ve esta cabeza del viejo guerrero. A pesar de las distorsiones que puedan tener en las narices aplastadas y los labios gruesos, existe la teoría de que estas cabezas eran retratos de los gobernantes olmecas, un poco modificadas para que se asemejaran un poco más a los jaguares. Ahí está con la garra de un ave grabada en su casco

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El hecho de que las esculturas estén a lo largo del camino es bastante particular, la verdad. Poder caminar entre plantas y animales que andan por ahí y casi caminan a tu lado. Mira este coatí

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Creo que el entorno natural añade a todas las esculturas. Realmente lo masivo y la expresividad llaman la atención en muchas de ellas. Hay varios altares o tronos. Éste es el Altar de los niños

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y representa cuatro escenas en relieve en las que se representan a personajes adultos cargando niños

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Como en otros altares que vimos, el personaje central parece emerger de una cueva o de un acceso al inframundo y en este caso, lleva un niño entre sus brazos. También, como en otras esculturas de La Venta, lleva elementos iconográficos como cruces y máscaras que representan rostros de jaguar, símbolo de poder y animal sagrado y venerado por los olmecas. Éste no es escultura

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sino que está ahí, en la parte de zoológico que también tiene el parque museo. Poco después de verle pasamos por este trono elaborado en basalto que representa un jaguar humanizado echado sobre sus extremidades

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y que sostiene entre sus manos un objeto redondo que probablemente sea una pelota

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Nos sorprende el paseo por la sencillez dentro de la exuberancia y esas esculturas que en cierto sentido, no necesitan mucha explicación. Aquí está la escultura del mono (el chango) mirando al cielo

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y de la que dicen que tal vez estuviera empotrada de forma horizontal como parte arquitectónica de algún edificio

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Y aquí este altar que ya he visto en varios libros. Se conserva muy bien

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En esta parte central se ve la representación del rostro y las fauces de un jaguar. Entre los colmillos aparecen unas bandas ruzadas que representna las manchas del felino. Del nicho emerge un personaje con el cuerpo ligeramente hacia el frente. Sostiene una cuerda que otro personaje en la cara derecha del altar sujeta

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Casi al final de recorrido otra de las cabezas colosales nos vuelve a robar toda la atención. Ésta no representa los labios entreabiertos y está tallada con el entrecejo muy fruncido

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Lleva un casco que tiene un elemento en forma de U del que se desprenden tres apéndices en forma de pétalos

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Nos sentamos un rato a mirarla de frente y nos hacemos la foto del recuerdo

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Detrás de nosotros otro coatí se pasea

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Ya casi llegamos al final del recorrido. En la estela que acabamos de pasar

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y que representa a un personaje que sostiene a modo de estandarte un pez (un tiburón dice el letrero) de rasgos fantásticos veo más al cocodrilo que hay en la laguna de al lado. De por sí podría ser igualmente una escultura en basalto

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No nos íbamos a entretener en el zoológico (me da tristeza ver a los animales enjaulados) pero es difícil ignorar a panteras negras, changos o felinos como éste

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o ignorar el color de tucanes

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y de otras aves

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De verdad

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