martes, agosto 09, 2011

Casi, casi

Casi el final. Tengo que hacer un esfuerzo para saber qué día es hoy. El tiempo de la EVE es siempre muy diferente al tiempo real. Lo marcan unas coordenadas que aquí nacen y aquí se alimentan.
En la travesía se han ido llenando muchos rincones. No es solo lo tangible

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sino todas esas cosas que quedan para el recuerdo, para crecer en la vida.
Veo a amigas y amigos trabajar juntos y siento que esa forma de compartir el momento es emocionante. El trabajo de nuestras manos distiende el pensar y nos deja vivir algunas cosas de una forma única

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Si eso es cierto mientras ves el afán de las manos en algunos de los talleres, en el de piedra es muy evidente

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Hoy es el último día que tenemos para ensayar con los grupos de cámara para el concierto de mañana

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Es en estos últimos días cuando se ven las piezas del rompecabezas construyendo el mapa musical y humano de todo el campamento, cuando ponemos en común lo que día a día se ha ido trabajando más individualmente, cuando podemos hacer un juego nocturno y te das cuenta de que nadie es ni anónimo ni extranjero en el grupo, que la energía está muy viva y sigue alimentando nuestros pasos

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¿Quieres unirte a nosotros y jugar un Pin Pun Pan? Vale, bájate un par de calcetines

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4 comentarios:

banderas dijo...

Los tiempos en un campamento corren a ritmos distintos de los cauces habituales y las experiencias vividas tienen otra intensidad... otro sabor.

Yo, que en tiempos remotos también hice mis pinitos en ese mundillo, recuerdo que cada campamento era una experiencia enriquecedora y maravillosa... agotadora pero magnífica.

Los abrazos, los besos, las lágrimas de la despedida hasta el año que viene son un bálsamo en que enjuagar todo ese cansancio físico de tantos días durmiendo poco y mal, trabajando 18 horas al día (o más) y aprovechando cada minuto.

Sin duda cada campamento es una experiencia irrepetible y apasionante.

Un bico y un abrazo ;-)

EL AVE PEREGRINA dijo...

Emociona el verles con sus bellas manualidades y su gran empeño en realizarlas.Son unos encuentros que perduraran en su recuerdo.

Gran trabajo, Raquel.

Felicidades.

Un abrazo.

dintel dijo...

Ay, que me ha cogido añoranza de cuando yo hacía campamentos... con los juegos nocturnos y todas esas actividades.

Raquel dijo...

Banderas,
así es. Todo lo que dices es cierto. Se nota que lo has vivido y la verdad, la experiencia es enriquecedora y muy muy gratificante.

Ave,
también es cierto que es emocionante y que el recuerdo no las agota. Al menos así lo vivimos por parte de los profes. Los niños que ahora ya son adultos lo siguen recordando de forma muy especial.

Dintel,
pasa. Debe ser ese recuerdo que no muere y que tocala nostalgia que nace de vivencias únicas.