Los días se mueven con vida propia. Hace casi una semana que llegamos y como si hubiera sido hace mucho más, los momentos del día ya están muy definidos. Hoy las clases y ensayos ocupan muchos de ellos,
aunque también hay otros,
siempre es así
Momentos, espacios sonoros y visuales. La actividad es incesante. Somos casi ochenta y no puedo pensar en algo o alguien que no esté en movimiento. Incesante el recorrido diario, la intensidad y riqueza en toda esa actividad
Nadie dice que no al ensayo general de esta tarde, un ensayo para comenzar a probar acústicas y espacios para el concierto del último día
Probamos orquestas y coro, y por fin podemos escuchar el trabajo de los grupos, darnos cuenta de lo que se ha ido trabajando día a día, lo que va conformando el todo
Miro a estos niños y junto a ellos sonrío. Sigo pensando en cómo la música abre puertas, cómo nos exige lo mejor de nosotros mismos
No solo es la música sino el fondo al que viene abrazada. En ese fondo hay una montaña de creatividad, esfuerzo, buenas voluntades y una convicción de vida que cree precisamente en eso, en lo mejor de nosotros mismos
4 comentarios:
Qué bonito, Raquel. Caras distintas, pero la misma ilusión de otros años.
Qué pena no poder oírles.
Qué buenos momentos has captado!
Saludos
Veo que ya habéis fabricado la flauta de pan. Por cierto, me podrías indicar cuanto cuesta unas colonias musicales como las tuyas?
Ochenta sonrisas entonces. Siempre se os ve felices y eso no puede ser fruto del azar.
Un abrazo.
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