Vas a decir que no paro, pero no creas que no tengo ganas de llegar a tierra firme. Ya te conté que llegué a Madison el lunes por la noche y que para aplacar la ira de los viajes largos con horas que viajar de este a oeste te quitan o ponen, desperté al día siguiente tratando de que fuera un día lo más normal posible. También te digo que creo que ha sido así para muchas personas en Madison: la semana del regreso, el comienzo de los colegios para los niños, la última semana de vacaciones antes de que la próxima abra sus puertas la universidad.
¿Ves? No soy la única. Tampoco este fin de semana en el que mucha gente viaja porque es puente. Y no, no es exactamente por eso por lo que estoy en Marco Island: Mehmet nos pidió que estuviéramos con él el domingo. Es cuando se casa.
Qué dónde está Marco Island me preguntas. Si dibujas una línea recta desde Miami hacia el oeste, ahí está, en el Golfo de México, en el suroeste de Florida.
Madison amaneció con un sol de fuego entre el calor húmedo de la mañana. Convirtió en espejo los lagos de la ciudad. Un avión y luego otro para llegar a Fort Lauderdale
y desde allí recorrer la 93, como si buscáramos la tormenta tropical que ya descarga sobre New Orleans. El centro de la tormenta no está aquí, pero la lluvia de a ratos parecía decir lo contrario
Volvió a recordarme que no es dama silenciosa y que sus caprichos son precisamente eso
Lo demás te lo puedes imaginar, hotel
mar a lo lejos
y un arco iris sobre el Golden Gate de Marco Island conectando las aguas de lado a lado,
el mejor deseo para Mehmet
y un puente abierto para esta isla de fin de semana
8 comentarios:
Siempre me han encantado los cielos plúmbeos.
Se la ve hermosa volando sobre el arcoiris, Raquel!
Besotes
¡Oh, cielos, qué chulada! :D
Precioso arcoiris. Lo tuyo no es que sea un no parar, es que no tiene nombre...
Pues no, no paras, eso si... ami me encanta :)
Besicos
Marco Polo, pareces, o aquel niño de una serie de dibujos animados, muy popular hace muchos años, que iba buscando a su mamá con un mono por todo el orbe.
Raquel, me encanta la tormenta, los paisajes abiertos, los viajes... lo que nos vas contando.
En fin que disfruto pasando por aquí. Hoy iré hacia abajo para ponerme al día.
Que tengas un buen inicio de curso, Raquel.
Un beso grandote.
Dintel,
esas nubes escarlatas me persiguieron todo el camino, lo mismo que la tormenta que aparecía y desaparecía a lo largo de esas autopistas que siempre parecen infinitas por aquí. Los postes de la luz a lo largo del camino.
Minombre,
sonrisa y agradeceres
Irre,
estos cielos tan abiertos y enrulados de nube y luz... ¿Será el espacio, lo amplio de todo esto?
Tawaki,
ahora viene la calma, ya verás.
Belén,
pero tú tampoco, aunque no recorras kilómetros físicos, los recorres de otra manera.
Tesa,
gracias, preciosidad. Luego voy a verte para saber en qué andas.
Besos
Qué bonito Raquel, nivel arcoiris, cruzando los mares, la más transocéanica y mejor escrita de mis amistades.
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