Salgo a la pequeña plaza, enfrente de la iglesia, donde tomo mi expreso, y recuerdo, mientras lo veo, que en muchas partes de México se barre el agua
El sistema de desagües es tan malo que los charcos se multiplican más rápido que un suspiro.
La lluvia pasa pronto y sorteo eso charcos buscando la parada de autobús.
Hoy puedo pasar un rato con don Luis durante el día.
Siempre está trabajando. Siempre hace algo. Ahora que viene Xantolo, sus manos trabajan el cedro y las máscaras van cobrando forma, sin mucha herramienta, con muchas horas para dar forma, vaciar, lijar, apurar bordes
El violín también lo retoca, le mueve el puente, el alma. "Hay que buscarle, buscarle. Hasta que suene"
Don Juan hacía lo mismo. Atada al alma tenía una cuerdecita para poder moverla y ajustar el sonido a su gusto. Con el arco también era particular. Como don Luis. El tensado, la resina que eterna permanece y se queda como la humedad del aire, casi espesa.
También hace cuernos, ese otro instrumento imprescindible en la cuadrilla mientras bailan los sones Xantoleros el 1 y 2 de noviembre. Algunos suenan con facilidad. Otros no tanto. Va a ser bueno escucharlo en el contexto. Ya pronto
1 comentario:
Admiro a esas personas que tanto amor ponen en su trabajo.
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