No llego al mercado para comprar mandarinas dulces donde el señor Chico Olivares pero me quedo al rededor del parque Hidalgo, ahí donde cada mañana las señoras exhiben su mercancía, preparan las hojas de tunas, cortan las calabacitas y esperan y esperan a que alguien les compre uno o diez pesitos de algo. Cada mandarina un peso
Es lo mismo cada día, esa paciencia infinita de quien ha aprendido a esperar. Mientras, en el parque, las catrinas y personajes que han puesto para Xantolo (también) esperan o saludan al pasar
En ese parque, como en muchos otros del mundo, cada hora es un momento único y en esos momentos únicos todo pasa. Solo tienes que sentarte unos minutos para comprobarlo
Ahora mismo es el momento para que el grupo de niños que han salido de la escuela y están con su maestra se hagan fotos con los personajes de color y fanfarria, el momento en el que el obrero decide salir del suelo, el momento de la risa, el juego, la contemplación
El arco de Xantolo 2015 ya está preparado
Mientras espera a todos los que llegarán para la fiesta más anhelada del año en la Huasteca, recoge otros retratos, instantáneas de su propio universo
Me voy despidiendo a pedacitos de Tantoyuca pero me llevo la memoria de estos días únicos y sencillos. No ha sido tiempo propicio para las flores pero aunque de papel o tela sean, los cementerios pronto se llenarán de colores. Xantolo ya viene. Ya casi
1 comentario:
Ya lo hemos dicho muchas feces, la felicidad de lo sencillo es como ninguna otra.
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