miércoles, septiembre 20, 2006
Ecos del sonar
Apenas si estoy comenzando este viaje a través de recuerdos para poder compartir algo de mis días, músicas tal vez, viajes si acaso, cotidianeidades... Pienso en los amigos que están lejos, en las hermanas que están al otro lado del océano, en los otros hermanos un poco más al sur. Pienso en los personajes invisibles que somos para los otros cuando aún no nos conocemos. Este eco puede ser una vivencia a compartir, a vivir de diferentes maneras. Y tal vez esa vivencia sea coincidencia con la de alguien. Tal vez esa coincidencia entregue un trazo más y haga más ancha la memoria de la vida, la gran dueña y maga encantadora.
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3 comentarios:
Me alegra compartir tus ecos, Raquel; me complace mucho haberte conocido, siquiera este poquito, a través de nuestros cruces de amistosas palabras.
Hoy he decidido mirar tus principios y me he encontrado con una entrada que pasó probablemente inadvertida, porque entonces te estrenabas. Y, qué quieres que te diga, no me ha parecido nada justo que no tuviese un solo comentario. Por eso me he colado para reestrenar humildemente tu página...
Y para dejarte un beso. Otro más.
Este comentario tuyo de hoy ha sido toda una sorpresa. Gracias por darte ese paseo por el pasado (casi presente, casi ahora).
A mi también me complace mucho haberte conocido y leerte. Todas tus entradas son un gusto, la verdad, fluyen de forma increible y me llega mucho de lo que dices.
Es especial esta forma de vivir a alguien, a través de escritos e imágenes, y de un diálogo virtual que crea conversaciones atemporales pero muy ciertas.
Un beso para tí mi querido Dédalus
Hola bonica... yo hice lo mismo que Dédalus... me pregunto a veces como fue el comienzo de los blogs que suelo visitar, que movió a las entrañables personas que hay detrás a empezar con esto...
pues eso, solo un saludo y un beso
Encarna
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