martes, agosto 10, 2010

Instantáneas

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Estamos en ese momento en al día le faltan horas porque además de las clases, talleres y actividades diarias, también hemos empezado a hacer música de cámara y otras cosas que van llenando los pocos ratos libres que teníamos.
Es curioso sentir cómo ha ido cambiando la dinámica día a día. Más que dinámica, que ya es rutina propia, tal vez debería hablar de cómo ha ido cambiando el sentir mismo, la forma de vivirnos y reconocernos. Son muchas las horas de convivir y muchos los rincones de encuentros. Y cada uno de nosotros, cierto y vital.

Dejo hoy aquí alguna instantánea de esos momentos en los que coincidimos de una u otra manera, ya sea haciendo música en las clases

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o en la orquesta

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Y de esos otros momentos en los que el trabajo nos deja encontrarnos de otra manera, contar historias, hablar de nosotros, de nuestra vida

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Ese trabajar compartiendo es bellísimo: vivir el proceso, el momento, la amistad, el esfuerzo,

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Instantáneas de lo que recordaremos durante mucho tiempo. Esta noche, por ejemplo, nos contaron un preciosísimo cuento con sombras chinescas

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Un cuento en el que tortugas, monos, jirafas, elefantes y zorros, entre otros animales, llegaron a probar un cachito de una preciosa luna, una luna que les supo a lo que más querían que supiera en ese momento.

4 comentarios:

oliva dijo...

Eres la profesora de música? me alegro encontrar un blog tan formativo... trabajando en talleres con niños es el mejor modo de pasar el verano.

saludos.

dintel dijo...

Este verano he comprado ese cuento. Me ha encantado. Lo compré para regalar. A ver si encuentro otro para mí. También me interesaría saber qué actividad estáis haciendo con ese cuento.

Raquel dijo...

Lemaki,
hola, soy una entre unos cuantos. Estamos haciendo un campamento de música y esos talleres, forman parte de las actividades que hacemos cada día.
Un abrazo

Dintel,
yo no lo conocía y me enamoré de él. Uno de los compañeros lo trajo y fue él quien sugirió contarlo con sombras chinescas. Dibujamos y recortamos los personajes (la luna, la luna mordida, la reflejada, el mar, el pez, la montaña, el mono....) y los pegamos a un palito. Montamos un pequeño escenario-pantalla de sábana con un foco detrás y a medida que nuestro narrador (un niño con una naturalidad impresionante para hacerlo) iba leyendo, nosotros (un grupo de siete un ocho) íbamos sacando los personajes. Cada personaje decía: "si te subes a mi espalda, tal vez podríamos llegar a alcanzar la luna". Creo que puedes imaginártelo muy bien, ¿cierto? Al otro lado, todos los demás escuchando y la noche callada un poco más allá.

Anónimo dijo...

Hola. Hace un tiempo vengo escribiendo una historia. Me gustaría saber qué piensas. Ello me ayudaría a crecer. Gracias.