Tiene ojos de gato, rapidez de ardilla. Otoño. Ya lleva una semana anunciándose. Insiste en sus ojos semicerrados y un empeño casi caprichoso por apurar más temprano cada tarde. Solo a ratos, en días como hoy, la luz encuentra el hueco perfecto para empujar su fuerza. Aunque sea junto a la lluvia. Por lo menos.
Adentro, el aire horneado es de coco, clavo y canela. La calabaza espera. Para cuando sea el hacerla en tacha, ya hará frío. Pero todavía no. Al menos.
5 comentarios:
Aquí el otoño empezó con lluvias torrenciales y una bajada importante de las temperaturas mínimas.
:)
Ay, sí, calabaza... Esta semana compro ya una, también.
Besotes
Aquí sigue oliendo a verano :)
Besicos
Irre,
y si vieras... el verde está desapareciendo a marchas forzadas. Los colores del otoño ya están aquí.
Belén,
sí, veo las temperaturas de allí y me parece mentira que a estas alturas todavía estéis así. Bueno, a mi me encanta el calor así que, creo que no me quejaría.
Besos
buenos dias Raquel, el clima esta ultimamente y por aqui como el mundo, un tanto desplazado de la rutina natural, a que estamos acostumbrados.
Yo me quedo con el olor horneado de coco y canela.
Besos
Jesus
No tengas prisa, que luego viene el invierno...
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