La gente es la que da vida a los lugares. Viajar con alguien que conoce desde adentro esos lugares, no tiene precio. Mis compañeros de viaje, generosos y únicos, Germán, Isabel y sus hijos, Germán y Rodrigo,
Germán pasó su infancia y adolescencia en Huejutla. Aquí está su casa familiar, muchos recuerdos y vivencias no sólo del pasado sino del presente. Los niños sienten que este es su lugar, un centro muy fuerte de identificación. A Isabel también le gusta, especialmente en esta época del año sin los casi 48º con mucha humedad de los veranos. Y todos ellos, los mejores compañeros para ir al mercado esta mañana.
Caminamos con calma, entreteniéndonos por todas partes para ver y también comprar algunas cosas para el día. El mercado (la plaza) es realmente grande. Todo se entremezcla. Colores, sonidos, olores, sabores, texturas.
Llegamos a tiempo para ver cómo abren ese zacahuil gigante que aquí llaman tapataxtle y que van vendiendo por raciones. (Cuando pasamos por allí tres horas más tarde, ya se ha vendido casi todo.)
La mezcla de gente también es considerable
Lo mestizo y lo indígena conviven como desde hace siglos lo han hecho,
con un fuerte intercambio cultural que asume e identifica lo que siente similar a lo más propio, con un constante cambio y transvase de influencias.
De todo en la plaza, los ricos bocoles
y a su lado, el puestecito
donde puedes comprar, entre otras cosas, el frijol castilín con el que los rellenan
Isabel me va contando todo esto. Me guía. Ella pasa desapercibida pero yo no tanto. Además, llevo mi cámara. Como otras veces, pido permiso antes de hacer una foto y algunos bromean, otros dicen que no, a muchos no les importa.
Mujeres y hombres compran,
jóvenes, mayores y niños venden
De todo en el mercado. Ahí las golosinas
también el huapanguero,
los guajes que como cucharones se utilizan para el café, para el agua o para muchas otras cosas
Sí, muy grande toda la plaza con sus muchos rincones y secciones. Hasta puedes comprar animales vivos, desde gallos hasta guajolotes
Y si necesitas un corte de pelo, también ahí encuentras el servicio
Comes, descansas, esperas
A pesar de que pudiera parecer lo contrario, siempre hay cierto orden y arreglo,
el riquísimo colorido,
lo diferente, como el chile que venden por litros porque no pesa,
la variedad,
y las estampas que recrean la vista,
las generaciones,
lo cotidiano,
lo propio
De regreso a casa pasamos por el reloj para ver la ofrenda
y los puestos de artesanías que han puesto bajo el convento en restauración
Como en otras partes, muchos siglos de historia e historias, de mezclas, atinos y desatinos.
La comida del día no podría ser sino otro tamalito (esta vez de picadillo), acopañado de chocolate con canela
Es Xantolo. Esa es la comida, el ritual, la tradición. El mero día de la celebración ya casi llega.
2 comentarios:
Oh! si que tienes razón, guapa... no sólo son las personas las que hacen una región o una nación :) es la mezcla, como no...
Besicos
Colores, olores, actividad frenética que nos envuelven y nos transportan.
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