viernes, julio 03, 2009

En Lagunilla, entre silencios

No hace calor. Es ya de madrugada y los árboles se mecen y susurran refrescando la noche. Les escucho. Muy a lo lejos ese perro que ladra. Un cuclillo aquí y otro allá en un clarísimo diálogo en la oscuridad. Todo lo demás está en silencio.

La casa ya nos esperaba

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y el jardín, aunque necesitando un corte de pelo y tal vez maquillado paciente, paciente ha sabido esperar. Le damos agua, eso sí. Todo lo demás será mañana. No le importa. Hoy es día de reconocernos, de llegar, de sentirlo todo. Nada es nuevo y sin embargo, todo especial, una primera vez. Y siempre esos momentos únicos, los vencejos al atardecer

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la luz sobre la montaña,

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recoger la noche en ese jardín amable que nos aúna y vivifica.
Así es por aquí.

7 comentarios:

dintel dijo...

Olé, Lagunilla de nuevo. Mmmmmmm.

Alegría dijo...

... vuelta a casa... siempre es especial... Como dices, es como sentir algo, por primera vez, sabiendo que no lo es... Se tiene mucho más poder de percepción, porque no forma parte de nuestra rutina... Oimos sonidos que, de otra manera, nos pasarían desapercibidos... Sereno, bello, algo salvaje en la espera, deliciosamente acogedor, lleno de ternura, siento casi cómo te abre los brazos y te acoge... Así lo percibo... desde el sur...

Un beso, querida Raquel.

Raquel dijo...

Dintel,
de nuevo aquí. El olor de todo tan de pueblo, de cada hora del día... Rico!

Alegría,
sí, tú sabes de todo eso en ese tu sur que también es especial.
Estamos cerca.
Un beso para ti también.

dintel dijo...

Si no me equivoco, creo que es el tercer verano que te leo. ;)

Minombresabeahierba dijo...

Raquelcita, primero el re-encuentro
el re-conocerse...
veo que siempre compartimos atardeceres, abrazotes

Raquel dijo...

Dintel,
creo que sí.
(A ver si la próxima semana voy por fin al Galatea. ¿Era ese el que te gustó?)

Minombresabeahierba,
verano aquí, invierno allá. Me dicen que hace frío. Cuidate. Sí, atardeceres y muchas cosas más.
Besotes

Anónimo dijo...

Pues la residencia con su aire de modernidad y, a la vez, una estampa colonial que perece venir de tiempos muy pasados. Saludos afectuosos, de corazón.