He visto esta luz otras veces. Parecida. Nada se repite de la misma manera. Cada atardecer trae un pliegue distinto en su mantilla
También la silueta de la sierra es la misma y es otra
Nuestra interioridad transforma lo inerte. La subjetividad lo recrea. No es arrogancia sino la forma en que la percepción construye y da vida. Pero indudablemente, cielos, siluetas y sierras tienen su propi0 existir. Es nuestra mirada la que las necesita.
5 comentarios:
Me maravilla esa manera de plasmar blanco sobre negro esos paisajes, lugares humildes que nos cautivan, y sin embargo no siempre fluye de nosotros la forma de relatarlos como tú lo haces. Tu conversación es agradable, leerte emociona.
Ya estamos en casa, un abrazo a la familia.
J.M y Marga
Nuevos y eternos paisajes transitados continuamente por retinas ávidas.
Tu traes tu visión y es bellísima.
Saludos
Nada se repite. Podemos mirar el mar y éste irá cambiand a cada minuto. Lo mismo sucede con la luz del atardecer. Lo único que permanece es su belleza.
Este es el regalo diario del sol al acostarse... Pura belleza!!
Un beso
J.M y Marga,
aunque tarde, quiero que sepáis que recibí esta nota en forma de comentario, que os desee lo mejor para el comienzo de la nueva etapa allí en vuestra otra casa.
Un beso
José,
gracias. Miro y remiro esos paisajes y no me aburro. Esa es la maravillosa locura de la naturaleza: siempre distinta, siempre nueva pero permanente.
Tawaki,
sí, no se puede decir mejor
Laura,
y sentida. Por eso es más emocionante.
Besos
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