Viendo las fotos del día es cuando puedo recapitular y reconstruir la cantidad de momentos en días que son intensos de comienzo a fin. Nunca terminan. Rondan la memoria como músicas que permean los rincones del pensar y del sentir. Por supuesto que El tecolote vuelve a ser hoy centro y protagonista del día. Hay amigos, música y comida. Generosidad y abundancia también ¿Qué más se puede pedir?
Atreverse a salir al centro de Arcelia para ir al mercado está permitido
Es en esos mercados donde también se aprende el pulso del lugar y ese otro centro de formas de vida que a veces se nos olvidan que existen
Junto al mercado, la iglesia con su cúpula arañada de sol y cableado
y su interior, un contraste de fresco y silencio
No he hablado del calor de Tierra caliente en esta época del año. Es tanto que el número de grados deja de tener sentido. Sin embargo, ahí estamos. La sombra de los toldos es engañosa porque el calor que los plásticos desprenden se siente incluso más agobiante
A menudo recuerdo lo que me dije la primera vez que llegué a Tierra Caliente: si ellos aquí viven, yo también podré hacerlo. Hay que entender el calor, buscarle las vueltas y aprender otras formas.
En El tecolote se está bien. Los brujos de Huejutla llegaron ayer y ya están tocando en esos otros rincones del lugar
Eso es lo bueno de este espacio: hay cocina, escenario, rincones que funcionan como biblioteca, otros que guardan archivos de tesoros y recuerdos; hay verde, hay sombra. Hoy todos esos rincones están ocupados. En el escenario están tocando Los fandangueros de Tixtla
y luego son Los brujos quienes ocupan el lugar
No se siente como concierto. El baile lo dice así y también el ambiente relajado de la audiencia
Audiencia que luego sube al escenario. Ahí está David con Los jilguerillos del huerto
acompañados por ese magnífico tambor que resuena sobre el hoyo
Algo más pasa afuera. Unos se preparan para tocar
y otros cocinan o ayudan en las faenas de la cocina
Creo que estas imágenes dicen algo del espacio y sus rincones
Adentro la música sigue y Josafat guiando con su carisma, su visión, su incansable defender que la música y sus instrumentos son las armas para construir una patria que ahora está muy herida por la violencia y la falta de valores
Adentro la música y el baile
Afuera, las conversaciones que enlazan espirales y nos conectan al telar sonoro del mundo por el que quermos luchar
Todo eso pasa en El tecolote.
2 comentarios:
Esto es como una romería del Rocío en Andaluciía, pero con más consistencia, más tradición y menos exxhibicionismo.
Parece todo tan entrañable y auténtico, Raquel, que hasta me dan ganas de venir para acá aunque no creo que pudiera soportar el calor.
¡Qué buenas experiencias! y que bien que lo cuentes y lo ilustres con tus fotos.
Un beso,
Pues fíjate que así es, auténtico. Las cosas se pueden hacer de esta manera y se puede cambiar el discurso dominante. Cuesta pero El tecolote es un ejemplo de eso.
Un abrazo
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