Hoy camino por una de las partes de Coyoacán por las que hacía tiempo que no caminaba
Me gusta moverme por allí porque se siente como pequeña ciudad dentro de la gran urbe. Me gustan los detalles, la sombra de los árboles, flores, hiedra
Camino por General Anaya y llego hasta la esplanada donde está esta iglesia
Un guardia me dice que la iglesia tiene horarios caprichosos y cambiantes, que hoy ya está cerrada, pero que si quiero, a la vuelta, está el museo.
No sé muy bien a qué museo se refiere pero aunque sea algo que no me interese demasiado, éste, como otros museos en México, parece estar en un lugar que ya de por sí merece la pena ver. Y sí, efectivamente, el Museo de las intervenciones está en el antiguo convento de Churubusco que entre mayo y julio de 1847 fue convertido en fortaleza militar. Los monjes dieguinos fueron quienes paseaban y cuidaban tanto los jardines de la entrada con sus muchos bancos
No sé muy bien a qué museo se refiere pero aunque sea algo que no me interese demasiado, éste, como otros museos en México, parece estar en un lugar que ya de por sí merece la pena ver. Y sí, efectivamente, el Museo de las intervenciones está en el antiguo convento de Churubusco que entre mayo y julio de 1847 fue convertido en fortaleza militar. Los monjes dieguinos fueron quienes paseaban y cuidaban tanto los jardines de la entrada con sus muchos bancos
como los jardines de la parte de atrás,
con su aljibe, sus plantas y flores de tierra templada, sus árboles y palmeras
Desordenados mis pasos, visito los jardines, las cocinas y los baños. Dejo de lado el patio
para subir al primer piso
Puedo intuir lo que me voy a encontrar en el museo pero lo que realmente me asombra es el espacio,
y su utilización para la exposición de objetos, cuadros, esculturas, documentos, pinturas o fotografías que cuentan la historia de las guerras mexicanas
El convento fue reconocido como monumento nacional por Benito Juárez en memoria de la batalla que en 1869 derrotó la intervención francesa que trató de instaurar el imperio de Maximiliano. En 1914, Venustiano Carranza refrendó el caracter de monumento nacional del sitio y decretó que albergara un museo de historia.
Recorrer el lugar me parece una maravilla por el lugar en sí pero también por lo bien conservado que está
Es uno de esos lugares en los que te puedes hacer una idea de cómo pudo ser la vida en el convento y los lugares que utilizaban. Las salas no están recargadas
y la luz de todo el sitio invita
Me encantan esos pasillos donde solían estar las habitaciones de los mojes. Me gustan suelos, techos, puertas y motivos
Qué mejor lugar que el exconento para reconstruir la historia del turbulento siglo XIX y las intervenciones extranjeras que asolaron a México, para hacer honor a quienes construyeron la República y consolidaron la Independencia.
Igual que me gustan los pasillos, esas escaleras se dejan querer
Hay conjugaciones afortunadas. Los monjes dieguinos supieron construir su convento y también quienes llevaron el museo al lugar.
4 comentarios:
Es increible lo que es capaz de hacer el ser humano, para bien, como esos lugares espectaculares de una belleza singular y, al mismo tiempo, y en el mismo país, todo el horror que leemos en la prensa diariamente.
Besos y buen fin de semana
Preciosidad tras preciosidad hoy nos dejas,el Palacio de Bellas Artes con su gran cúpula y sus arquivoltas hermosas, el templo es muy bonito y las gentes ejemplares.
La figura del Minotauro genial...
Un abrazo, Raquel.
Los pequeños detalles llenos de belleza.
Y es cierto que hay ocasiones en que se difruta más del continente del museo que del contenido, porque hay edificios como éste que ya merecen la visita.
Un beso, Raquel.
Me gustan mucho las fotos, en especial la de la ventana. Preciosa.
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