Tres días de música tradicional, tres días muy intensos de vivir en la normal de maestros, la sede del festival Son para Milo. Amante y promotor de la música tradicional, Hermilo Rojas Aragón trabajó de forma incansable en la recuperación de expresiones culturales tradiciones -música y danza en particular-. Hace diez años que este festival nació como homenaje y reconocimiento al trabajo de Hermilo.
Sabía del festival pero no sabía la fuerza y la energía que tenía hasta que lo he vivido de cerca.
Eso y el que los comentarios de varios amigos hayan coincidido en señalar su espíritu como sitio de encuentro, de convivencia, de compartir, de construir entre todos,
pensado desde la pasión por la música y el baile y no desde intereses políticos o económicos
Los grupos que tocan, por ejemplo, no cobran nada. Sí se les da comida, que se paga con un porcentaje de las ventas de los artesanos y puestos de comida y bebidas no alcohólicas. La mayoría lo hace por el gusto de tocar
Una enorme tarima es el centro que reúne a muchos. Dos escenarios a dos lados, sillas en los otros dos. Casi sesenta grupos, cada uno tocando una media hora. Apenas si la tarima descansa. Ella es protagonista y centro. Apasionados por unas u otras músicas, algunos eligen una en concreto
pero muchos bailan de todo y lo conocen como si hubieran nacido en cada región. Pasión y gusto, así es
Es difícil explicar cómo se siente el latido cuando estás en esa tarima y suena lo huasteco, por ejemplo, como el zapateado de muchos es uno y la fuerza se siente desde el interior. Lo mismo con lo jarocho,
las bandas, los grupos de mariachi tradicional
Si un grupo es bueno, el otro es todavía mejor.
Me encanta ver a la gente vestida con ropas de cada región,
la belleza, el colorido y la naturalidad con que las visten
También me gusta mucho ver a varias generaciones reunidas
y entender que los padres buscan esto para sus hijos
Me gusta ver a más y más mujeres tocando
a público y músicos que disfrutan,
reencuentros de amigos
y otras muchas cosas que te dicen que todavía sabemos cómo hacer las cosas,
que la música ayuda a vivir de otra manera, a crear un mundo en el que hay mucho de bueno.
las bandas, los grupos de mariachi tradicional
Si un grupo es bueno, el otro es todavía mejor.
Me encanta ver a la gente vestida con ropas de cada región,
la belleza, el colorido y la naturalidad con que las visten
También me gusta mucho ver a varias generaciones reunidas
y entender que los padres buscan esto para sus hijos
Me gusta ver a más y más mujeres tocando
a público y músicos que disfrutan,
reencuentros de amigos
y otras muchas cosas que te dicen que todavía sabemos cómo hacer las cosas,
que la música ayuda a vivir de otra manera, a crear un mundo en el que hay mucho de bueno.
3 comentarios:
Alguien dijo que sin música nos volveríamos locos no?? luce sol, hay gente dispuesta y suena la música, qué más se puee pedir..?
Ya lo creo y , estos corazones laten distinto.
Saludos
Ico,
¿Cómo sería el mundo sin música?
Viking,
Es impresionante la energía que se siente cuando estás en el medio de esa tarima
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