Salgo a desayunar a un lugar por el que siempre he estado pasando estos días por las noches y donde siempre parece haber gente. Es El jardín de las rosas,
un pequeño espacio con su fuente, estatuas y el ambiente inconfundible que probablemente se deje sentir a cada hora del día. Hoy son los pintores quienes exponen sus obras para venderlas. Todo tranquilísimo. Aire y espacio convertidos en tiempo intocable
Alrededor, edificios de los siglos XVI, XVIII y XIX, el conservatorio, la iglesia dedicada a Santa Rosa de Lima
la antigua capilla doméstica de los jesuitas que luego pasó a manos de las carmelitas y más tarde a manos del gobierno para funcionar como cárcel de mujeres y como cuartel hasta que en 1966 pasó a ser el teatro Rubén Romero
Espacio y tiempo. El café en ese lugar y a esa hora me reaviva y me deja estar en otro lugar a la vez
El pasaje es breve. Me esperan a la 1 para ir a Acuitzio. En lengua tarasca, Acuitzio, significa "Lugar de serpientes". De los aproximadamente 10.000 habitantes que tiene, apenas si un 0.20% habla ya purépecha. Sólo el centro conserva un poco de la arquitectura y colores de pueblos de la zona como Patzcuaro y Tacámbaro
La visita a Acuitzio es mas social que turística. Cuando llegamos, Martín ya está tocando
Ayer compartimos el día y hoy, antes de que Saya salga para México, volvemos a comer juntos y a tocar música
Antes de que termine el día vuelvo al Jardín de las rosas. También ahora el aire y los sonidos son de tarde de domingo. La conversación es otra. Con Diego hablamos del valor social de las tradiciones, el espacio de la fiesta alrededor de la tabla como punto de encuentro entre generaciones, búsqueda y encuentro de nuestra temporalidad
4 comentarios:
Debo tener aún la legaña en ristre porque he leído "entre mozzarela..." En fin, que un besazo.
Jo, Raquel. No paras, y siempre cámara en ristre. Siento algo que se parece a la envidia. :-))
Una bonita capilla que estuvo al servicio de muchos y ahora un gran teatro.
Una gran reportera,Raquel.
Besos.
Dintel,
como se lo cuente a los morelienses... vale, mejor no.
Leo,
ya me queda menos de viaje pero todavía un poquito para seguir disfrutando y conociendo todo esto. Luego ya vendrá la calma.
Besos
Ave,
gracias. Ahora voy a verte.
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