viernes, junio 27, 2008

Con el río Urubamba hacia Machu Picchu

El tren de Cusco a Machu Picchu sale a las 7 de la mañana. La estación está llena. Somos muchos los que queremos conocer la ciudad escondida de los incas. Hace frío y sólo cuando el sol levante ese frío se escapará de entre las manos.
Las cinco horas de viaje pasan rápido. Dejamos un Cusco que se despereza y nos adentramos en la madrugada de los campos

en su sequedad de altura

El cambio de color no tarda en llegar

mientras dejamos atrás pueblecitos de adobe camino de Parahoy

Para cuando llegamos a Pachar, cerca ya de Ollantaytambo, nos unimos al curso del río Urubamba

A partir de ahí, verdes y ocres tejen un maravilloso tejido de cultivos, agua, vegetación, campo

A partir de ahí me dejo llevar por esa corriente de agua en su conjunción con montañas

o quebradas

Las montañas y los picos nevados a lo lejos son punto de referencia e imán

mientras el río se calma o se estremece, siempre vivo


Río, tierra y montaña, elementos de vida y centro en los Andes. Naturaleza viva y respetada que generosa agradece y entrega; aire, tierra y montañas entrelazados por la serpiente del río

El tren se mueve lento pero dentro de nada llegaremos a destino

2 comentarios:

Raquel dijo...

Me da pena no poder subir la segunda parte de esta entrada hoy. En cuanto pueda lo hago, aunque los próximos días van a ser muy liados. Mañana volvemos a Lima.

Irreverens dijo...

Ya lo harás, no te estreses, Raquelita.
:D

¡Qué bonito poder realizar ese trayecto en tren!

Sigue disfrutándolo y ya nos contarás cuando puedas.

Besotes