Nos llama la atención esta camioneta y el servicio que ofrece, peluquería de mascotas a domicilio. Um... Uno nunca piensa en esas cosas, ¿o sí?
Vamos hacia South Jetty,
uno de los cuatro diques de contención que construyeron entre finales del siglo XIX y comienzos del XX para proteger la navegación entre el río Columbia en su desembocadura en el Pacífico.
La fuerza del mar es imponente, la luz cambiante de uno a otro momento
La fuerza del mar es imponente, la luz cambiante de uno a otro momento
y todos esos restos de mar, de naturaleza, de viento y tierra
Luego damos la vuelta para ira Ocean Beach, donde mar y río juegan en calma y navegan sus caprichos,
También aquí asoman tesoros
y sobre todo, una calma que invita, te lleva y ensimisma
Seguimos el paso del bote que arrastra los montacargas,
el de los pescadores
y nos perdemos en ese espacio de agua y arena, junto a esculturas sobrevivientes de otros naufragios
Caminamos y seguimos ensimismados, detenidos
entre navío y navío,
en el eterno instante entre pensar y hacer
Eso hubiera bastado para terminar el día pero la ruta está marcada para llegar hoy a Seattle.
Poco después de esa reunión de mar y río llegamos a Astoria,
una pequeña ciudad donde su puente (Megler Bridge) atraviesa el río Columbia uniendo el estado de Oregon y el de Washington
Después de atravesarlo, cuando pasamos al estado de Washington, pienso por un momento en la sensación que se tiene cuando cruzas de un estado a otro, de un país a otro (España y Portugal, Bolivia y Perú en el lago Titicaca): por mucho que pienses que algo va a ser diferente, nada cambia. Chinook, en el estado de Washington, podría haber sido cualquier pueblo unas cuantas millas más al sur
Las nubes nos siguen acompañando. Llueve y desllueve, sale el sol y luego se pierde,
y oscurece cuando llegamos a Seattle
La silueta de la ciudad se cuelga del cielo a esas horas. Se nota que estamos más al norte porque oscurece un poco más tarde y hay luz hasta casi las 8:30. Nos da tiempo a dejar las cosas en el hotel e ir al centro a caminar
Damos alguna vuelta para encontrar aparcamiento porque estos precios nos asustan
y luego caminamos por la calle que corre paralela a la bahía, cerca del mercado donde queremos ir mañana
Viernes por la noche. Aunque en las fotos no se vea bullicio ni movimiento, ahí está. Mañana volveremos a caminar por ahí y encontraremos la otra cara de las ciudades de día
Por ahora, cenar en Steelhead Diner
y dejar que el día termine como pájaro volando sin esfuerzo
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