viernes, junio 27, 2008

Machu Picchu

Ahí está la ciudad perdida de los incas, con sus casas, sus templos y sus terrazas. Ahí la ciudad construída con la forma de cóndor, la que algunos dicen que podría representar el punto de convergencia con la eternidad.

Ahí esa fantástica ciudad de la que no se sabe muy bien su cuándo y sobre la que se especula que pudo haber sido construída a finales del imperio inca para tratar de mantener la cultura y tal vez recuperar su predominio. Otros dicen que la ciudad ya había sido abandonada para la época de la conquista y que funcionó como un lugar de retiro para la realeza.


Por mucho que te cuenten y que te diga, y a pesar del número de turistas que allí llega a diario, la grandeza del lugar te deja sin palabras. No sólo la ciudad en sí, las construcciones o lo que queda de ellas, sino el enclave en esas montañas verdes, el río al fondo, las construcciones en la ladera,

cada piedra,

los caminitos,

el todo

Es una más de las ruinas que los incas construyeron con figuras de animales de poder. Forma parte de la trilogía andina que considera los tres niveles, lo interior, lo terrenal y lo espiritual; la serpiente, el puma y el cóndor; la veracidad, la honestidad y la eficacia, el trabajo. La serpiente es el río Urubamba en su recorrido por el Valle Sagrado, el puma es Cusco, con su cabeza en Ollantaytambo y el cuerpo en la ciudad en sí. Machu Picchu es el cóndor, la grandeza. Los españoles nunca la llegaron a encontraron. Fue en 1911 cuando el historiador Hiram Bingham, guiado por gente del lugar, la encontró por casualidad mientras buscaba la ciudad perdida Vilcabamba.


Me hubiera gustado llegar allí haciendo la ruta inca, un recorrido de 4 días por uno de los muchos caminos que los incas construyeron. Estar entre esas montañas es realmente impresionante.


A no ser que llegues a pie, el tren te deja en el pueblo de Machu Picchu y desde ahí, hay autobuses que suben y bajan constantemente por una carretera en zig zag para llegar hasta la entrada a las ruinas. Una vez que se te quita el susto por la cantidad de turistas, los grupos con sus guías y los que suben y bajan, el primer ascenso por un caminito muy empinado vuelve a recordarte que somos demasiado frágiles. Llegas jadeando arriba y sólo por un momento piensas en los chasquis, los mensajeros que memorizaban y llevaban los mensajes oficiales de una parte a otra del reino y que en un sólo día podían llegar a recorrer 400 km. a pie en relevos, cada uno cubriendo una determinada distancia.

De cualquier forma, el caminar por Machu Picchu es como perderse un poco en el tiempo y en otra dimensión y concepto del espacio. Ves una y otra vez las fotos títpicas que has visto desde siempre, pero luego ves otras cosas que no han sido tan manidas


Los arqueólogos todavía están trantando de reconstruir todo lo que pudo ser. Plazas, templos y piedras hablan de adoraciones, lugares para observar las estrellas y para entender los movimientos del sol, secciones de culto y secciones para los cultivos, fuentes y sistemas para canalizar el agua, lugares de enterramiento, viviendas,

zonas urbanas,

construcciones utilizando técnicas de encaje de piedras sin ningún tipo de cemento, puntos de observación y vigilancia, terrazas para el cultivo

Ahí la casa de quien cuida


la piedra funeraria en la que se hacían sacrificios;

el templo del sol con su forma circular, la única construcción con ese formato en Machu Picchu, la tumba real, el templo de las tres ventanas, el templo principal, la casa del sumo sacerdote, la Intihuatana o la piedra que utilizaban para ver los puntos de alineamiento del sol en los solsticios de verano e invierno, la plaza central con forma de cocodrilo, las celdas que conforman la prisión, el templo del cóndor. Son tantas cosas…


Una vez que termina el tour, lo único que quieres es estar ahí

Pienso en aquellos para quienes estar aquí hubiera sido y ha sido especialmente significativo, emocional o símplemente, pleno. Amigos y personas muy queridas que hoy no pudieron estar aquí.

También me hubiera gustado verlo con el amanecer, el sol recreando los relieves y formas naturales, el verde y las piedras perfectamente dispuestas. Me hubiera gustado subir al Wayna Picchu, la montaña que siempre se ve al fondo y que ya cuando llegamos, el cupo de las 400 personas que pueden llegar al día está cerrado. Y me gusta tal y como lo he visto hoy. Eso también lo quería, desde hace mucho tiempo


Poca gente queda poco antes de que cierren a las cuatro. Cuando estás en un lugar así, algo del lugar se te queda por dentro.
Hay que ver y caminar Machu Picchu, dejarse empapar por su energía.

7 comentarios:

leo dijo...

Estoy impresionada, Raquel. Parece que está en el techo absoluto, que por encima no hay nada más.
Espero tener la oportunidad de ir allí, algún día.
Un besote.

Irreverens dijo...

¡uAAAAAALAAAA!
:D

Lo que más me ha gustado: tienes un par de fotos típicas de las postales, pero lo demás es tuyo y nosotros tenemos el privilegio de verlo.

Ya lo creo que sí. Estar allá arriba tiene que ser sublime.
:)

Besotes

isobel dijo...

mándame algo de esa energía... besitos preciosa

banderas dijo...

Coincido con Irreverens en que, salvo dos tomas, el resto son tuyas al 100%. No veas lo que te estoy odiando ahora mismo... yo que soy un arqueólogo frustrado. No me especialicé en arqueología por razones espúreas, pero he hecho mis pinitos mientras fui estudiante, participando en excavaciones diversas con la universidad y, para qué mentir, no sé qué daría por excavar en lugar como ese. ¡¡¡Madre mía!!! Grrrrrrr!!!

Bicos ;-)

Raquel dijo...

Leo,
es exactamente eso, estar ahí, muy muy arriba. Fíjate que aunque MP está más abajo de Cusco, por la localizaión del lugar, parece que estás tocando la punta del infinito.
Un abrazo

Irreverens,
hasta la foto típica quieres hacer porque es una belleza. Sería bonito poder verlo desde una avioneta o un globo que te vaya llevando muuuyyyy despacioooo. Tanto Leo como tú vais a estar ahí algún día.
Besotes

Isobel,
aunque no lo supieras, ya te la envié.

Banderas,
sí, ¡¿cómo será excavar ahí?! Parece que todavía queda mucho por excavar en Perú. Debe ser que hay que ser arqueólogo en Perú y México ;-)
Un besote

Tawaki dijo...

Tengo que ir ya...
Tengo que ir...
Tengo que...
Tengo...

¡Qué maravilla!

Un abrazo.

Raquel dijo...

Tawaki,
ahora que he estado ahí te puedo decir algunas cosas de "logística".
Tienes que ir ya...
Tienes que ir...
Tienes que...
Tienes...

Un besote