Nos despedimos de nuestros anfitriones, Taide y Fausto,
y también de Blanca y Arturo. No tengo foto de ellos pero sí de su nieto, este precioso niño que aunque no sonríe ahora, casi siempre que lo he visto estos días me ha regalado sonrisas
Partimos agradecidos por la generosidad, la acogida y el esfuerzo que hacen para que todo funcione y que quien llegue, se sienta bien.
Volvemos a hacer el recorrido hasta Tuxpan
y de ahí salimos hacia El Tajín. Hace ya un poco más de dos años que lo vimos. Lo recorrimos con lluvia y nos gustó tanto que ahora decidimos volver. Esta vez no nos entretenemos tanto y hacemos el recorrido sin guía. Hace tanto calor que aunque esta entrada parezca acogedora, en realidad ya es un pasillo a los 38º que hacen hervir el aire
Esta vez no voy a hablar mucho de Tajín porque ya lo hice en las entradas de hace dos años. Pero sí quiero caminarlo con vosotros, aunque sea deprisa para que el calor no nos derrita
Parece que mientras Teotihuacan y Palenque decaían (600-900 d.C), El Tajín se fortalecía y mantuvo su ocupación hasta 1200 d.C., manteniendo actividades agrícolas y comerciales
En el letrero de la entrada hay una lista de los principales atributos de El Tajín, la influencia y el control económico, político y cultural que mantuvo en el noroeste de Mesoamérica,
su estratégica ubicación en una de las rutas de comercio entre el Golfo de México y la región central del país,
Recuerdo muy bien este camino que nos lleva a la pirámide del dios Tajín
Antes de llegar allí nos sentamos un rato a la sombra. No somos los únicos
Esos breves descansos nos ayudan a llevar mejor la pesadez del calor. Aunque a esta señora parece no importarle: ahí está, invocando a los cuatro puntos cardinales, vertiendo una ofreda de agua y semillas en ellos y alzando su mirar al dios astro
Cuando termina, subimos para ver desde ahí la pirámide y la imagen de Tajín
que probables fueran representaciones de cuevas asociadas con la entrada al inframundo. Sus 365 nichos corresponden a los día del calendario solar, del cual se deriva el ciclo agrícola que era fundamental para la vida de El Tajín. Parece que el exterior de esta pirámide estuvo pintado de rojo y los nichos de negro
En otra pirámide se pueden ver los restos de los recubrimientos que tendrían las pirámides
Pasamos por el segundo juego de pelota
antes de subir a ver la parte de El Tajín Chico, el área residencial
Por último bajamos a ver la greca escalonada o Xicalcoliuhqui,
una muralla en forma de espiral que representa un caracol marino cortado, atributo que identifica al Dios Quetzalcoatl.
Una última mirada a la Pirámide de los Nichos
y por fin un poco de sombra junto al cauce de un arroyo que ahora no existe y donde los plátanos crecen sin timidez
No me pierdo ni las bouganvillas que con la luz de la tarde se ven aún más bonitas,
ni al perro que camina buscando sombra
ni a la sencilla presencia de la jacaranda
Decidimos ir hasta el Puerto de Veracruz para pasar la noche. El camino sigue siendo fuente de sorpresas
y los días, viajeros de plenitud
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