Otro día calurosísimo. Domingo que sabe a despedida.
Me voy llena, llena de niños, de zapatitos pespunteando en la tarima; llena de un cariño inesperado que muchos me regalaron; llena de manos, de saludos; llena de calor, de noche y grillos, amigos que me acogieron sin pedir nada a cambio y me dejaron mirar a través de su mirar; llena de agradeceres, de abrazo, conversaciones. Inundada de momentos, sonidos, silencios
Llena de don Elías, su decir y silencios, sus manos y su mirada
Porque así ha de ser
1 comentario:
Mientras escucho el son sigo viaje a través de tus comentarios y tus fotos por estas tierras y estas gentes tan cálidas.
Un beso, Raquel
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