De floreos, sones y fandangos

Esta tarde vuelvo a La casa de la cultura para un taller que Patricio Hidalgo está dando sobre el son La justicia, un tipo particular de décima a lo divino.

Había oído hablar de Patricio pero conocerle me llena de alegría. Es uno de los músicos que ha sido figura central del son jarocho desde hace ya al menos 23 años. Toca jarana, arpa, improvisa y canta con inconfundible voz. Muy buen músico
Parece que originalmente las justicias se cantaban en la época de navidad, una especie de canto de amor a Jesús. Pero también se han encontrado justicias en contextos profanes. Los dos primeros versos se cantan, luego se recita la décima y se canta la última palabra para que todos repitan cantando el ultimo verso. Hay una introducción instrumental que también sirve de intermedio entre las décimas que cualquiera puede decir y cantar.
La sencillísima manera de contar las cosas Patricio invita al hacer. Su propia humildad mueve la participación con una facilidad asombrosa.

Ya casí de noche dio comienzo el fandango con Los soneros del Papaloapan

y el grupo de Los chacacuilos

Después de eso se hizo el floreo de la tarima, que también, bajo la iniciativa de Samuel Aguilera, es algo que se está tratando de recuperar. Alrededor de la tarima se improvisan décimas

Unos y otros se van turnando para declamarlas. Hay fuerza en el verso, en la música, las expresiones, el momento

Como en muchas otras ocasiones festivas que en estos días he vivido, me parece maravilloso que niños y mayores compartan el espacio

es el lugar para compartir y aprender. Así es siempre en el fandango

En estos días he estado pensando bastante en cómo serían antes las cosas en ese pueblecito mío. Creo que hay mucho que se nos está olvidando y bastante que no estamos tratando de recuperar. Siempre hay tiempo para replantearse cosas. Por ahora, me han entrado muchas ganas de saber más acerca de La justicia.