Casi tres semanas he pasado en Veracruz. Hoy vuelvo a la Ciudad de México. El autobús que me lleva tiene las cortinas cerradas. Todos parecen querer dormir y respeto esa oscuridad. De vez en cuando miro a través de la ventana
y soy consciente de lo que dejo atrás, el verde, el calor humano, el cansancio de algunos días, la emoción de muchos, las buenas conversaciones, el descubrir a muchas personas que se me han quedado muy adentro.
El viaje sigue
Ahora me toca la gran ciudad. Luego será otro sur.
4 comentarios:
Raquel, un gran trabajo llevas a tus espaldas, junto a al calor humano de esas gentes y sus vivencias.
Un abrazo.
Ahora emprendes un nuevo rumbo y mientras astibas por la ventanilla del autobús o dormitas, voy a recorrer el camino que ya recorriste y enterarme de lo que dejaste atrás.
Un beso, Raquel ¡Feñliz viaje!
Pero qué suerte tienes, no?
Ave,
la vivencia humana, sin duda alguna.
Tesa.
gracias y ojalá que a ti también te gusta lo que ves.
Dintel,
sí, así lo siento yo también
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