Extraña esta niebla de hoy, que no es frío, que es humedad. Día en que por fin creman al dictador. Se guardó muy bien de sus enemigos, dicen, pues pidió su cremación para que no violaran sus restos. Y con razón. ¿A cuántos no respetó? ¿A cuántos asesinó? ¿Cuántas mujeres violadas? ¿Cuántas torturas? ¿Cuánta desesperación?. Día en el que se repite una y otra vez que el destino quiso que Pinochet muriera el día elegido para celebrar los derechos de la humanidad. Una parte de la historia difícil de olvidar. Cicatrices largas y profundas.
Destruyó vidas, torturó, desaparecieron miles, el exilio fue obligado para muchísimos más, el miedo cubrió demasiados destinos.
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