

Pienso en eso muchas veces. Cada año me admira la rapidez con que la nieve desaparece y cómo la tierra la absorbe y acoge con fluidez.
Hoy vuelvo a pensarlo: es el día internacional del agua. Recuerdo muy claramente cómo al regresar de nuestro primer viaje a Bolivia, al llegar a casa, lo primero que hice fue abrir el grifo y beber agua. En ese momento me dí cuenta del lujo que era no sólo poder abrir el grifo y beber agua sino tenerla siempre que quisiera, sin escatimarla.
¿Se sentirán estos bulbos de la misma manera? Tienen agua, beben a su antojo, crecen bajo su amparo y dejan la que no necesitan para que otras raíces la recogan. ¿Hacemos eso nostros? ¿Utilizamos sólo el agua que realmente necesitamos?

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