Hoy me dicen que ya en Lima comienza a sentirse la llegada del otoño, ese otro aire más fresco. Es ahora cuando aquí comienza a sentirse la primavera. (Tengo un antifaz puesto y no me dejo entusiasmar por dos días de deshielo y templanza. ¿Más frío el fin de semana? Probablemente.)
Estamos entre estaciones, semanas, meses. Se siente ese cansancio de días sin receso. Pero aún no puedo alcanzar el mar, debo esperar. Mar. Generoso. Me inunda.
Hoy me dices que llegaste bien, que cuatro horas te separan de tu destino final en las montañas. La maleta no llegó. Las botas de snowboard que en ella estaban, tampoco.
Al menos en el mar no necesitas ni botas ni ropa. Me quedo con el mar. Prefiero la desnudez, la humedad del agua, el vértigo en la ola
1 comentario:
qué momento mágico!
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