Qué cerca y qué lejos cuando hoy te escucho y me cuentas, y me hablas de tu jardín, tu paseo de flores, tu mariposa no nacida y ya imaginada, la amiga que te regala su regalo. Qué cerca al imaginar tu mano. Lejos ese día que aún no llega. Cerca tu voz, la presencia, y el latir de un destino en un navío inesperado, transición que engalana una risa y una lágrima. Lejos y cerca. Soledad acompañada.
1 comentario:
entonces ya no hay soledad....
sino maravilla.
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