jueves, marzo 08, 2007

Día de la mujer

Celebro el día de la mujer, me uno a la causa. Y apoyándolo con todas mis fuerzas, me digo que en cierto sentido, es una pena que necesitemos un día así. Sería estupendo que fuera un día para celebrar, abrir, expandir, recrear desde todos y todas, con la misma libertad, los mismos derechos, en todo el mundo, todas y todos, que no fuera un día en el que recontar violaciones, botines de guerra, violencias, abusos.
Pero si existe este día en el calendario es porque detrás hay toda una historia de lucha, de necesidades, de derechos que aún no se han conseguido y que los que sí, forman parte de un reto de persistencia, tesón y fuerza.

Me uno a la causa. Aunque nunca o casi nunca me haya sentido discriminada por ser mujer, hay muchas que sí lo han sido, que siguen siendo medidas, determinadas, marcadas, condicionadas. Y es la conciencia de todos la que se necesita para poder desterrar todo eso.

Haber nacido mujer y ser mujer es tan esencial a mí que ni siquiera hablo del tema. Soy yo, es parte de lo que ser persona significa, mi vida. Nací en una familia de cinco hermanas y una madre maravillosa que siempre nos enseñó a ser primero personas, luego mujeres capaces de ser independientes, moverse por su cuenta, tener libertad. En su generación fue difícil tener todo eso. Lo supo y luchó por una visión que se anticipó a los tiempos, o al tiempo de esa región del sur de Salamanca donde creció, donde crecimos. Muchas otras mujeres, tan valientes como ella, también supieron lo importante que era alzar la voz, pedir lo que por derecho les pertenecía. Hoy tienen el respeto por el que lucharon. Tienen nuestro respeto, nuestro agradecimiento por el camino que abrieron para nosotros, las posibilidades que nos dieron, el horizonte que nos regalaron.
Siento que mi madre, junto a esas muchas otras mujeres, protagonizan el día, por habernos querido así, habernos enseñado a ser mujeres sin miedo, con el corazón grande, el pensamiento claro. Gracias por tener esos 80 años hermosísimos, esa fuerza y generosidad, y ese poder de amar, la capacidad de dar que a todas nos abraza.

2 comentarios:

Julia Ardón dijo...

Bella tu madre. Qué bonito post.

Raquel dijo...

Gracias Julia.
Hasta hoy, un año más tarde, no me había dado cuenta de que habías dejado aquí un comentario.
Un abrazo