Dejarse llevar de vez en cuando, despertarse y dejar que otros decidan el día por ti, recorrer sus horas, comprender el mimo en el fluir y su antojo; ser viajero y espectador más que artífice, entender esas escenas de costumbres que se cruzan en tu camino y ponen el sello imprescindible que verifica que somos de aquí, de esta tierra y de este país. Luego, reconstruir un mosaico de peculiaridades y asombrarse con una luna majestuosa que desdice cualquier otra realidad.
2 comentarios:
A veces es necesario dejarse llevar, pero solo un rato, claro!
Jo! Que bien escribes chica, felicidades!
Un saludo!
Creo que siempre es un poco así, controlar, dejarse llevar, encontrar el equilibrio, perderlo, volver a empezar...
Gracias por llegar hasta aquí y por ese halago. Tú tampoco escribes nada mal.
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