Miro a lo lejos y comprendo que las cosas son parte de un todo
pero que necesitamos verlas de cerca, recoger perfiles, tocar la raíz
para descubrir que los mundos no son únicos ni unánimes, que en ellos hay mil encuentros,
muchos perfiles y contrastes que descubrir
Tal vez esa sea una de las riquezas de nuestras vidas, el reto de valorar ese minucioso viaje de cada día y vivirlo con lucidez y entrega.
7 comentarios:
Uy, qué colores estás empezando a tener por ahí. Qué bonito.
Me ha encantado lo de vivir "con lucidez y entrega".
Besos.
Y luego alguien me mirará raro cuando digo que me encanta el otoño. ¿Es para perderse en esos ocres o no es para perderse?
Besitos/azos.
Leo, cada año es diferente. Ahora es curioso ver cómo son sólo árboles aislados los que han cambiado de color y están empezando a perder sus hojas. Realmente llama la atención verlos entre el verde.
Un abrazo
Mariano, ya casi me tienes convencida con tu gusto por el otoño. Muchas miradas a esos colores van a ser para ti.
Un besote
Yo voy con el equipo del Zurdo, también. Bueno, ya te lo comenté, creo.
Qué árboles tan preciosos. Y cuánta certeza en tu última reflexión... Yo me atrevo a añadir que viviendo cada momento con lucidez y entrega es, probablemente, la mejor forma de tocar la felicidad.
Besos
Pues sí que empieza con fuerza el otoño... me encanta.
¿Sabes? Una de las sensaciones que más me gusta es la de ir por un paseo cubierto de hojas caídas y notarlas crujir bajo mis pies, y golpearlas con ellos... un juego de niños mágico.
Bicos.
Yo con el mariano... Un beso!!!!!
Gracias Belén!
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