martes, septiembre 25, 2007

El camino de tus manos

Me acerco un momento a verte. Si no busco ese rato, los días pasan y se nos olvida la última vez que estuvimos juntas. Me gusta verte, recoger tu mirada, dejar que la conversación fluya como en esas historias de niñas que no encuentran el momento en que una respire para quitarle la palabra a la otra. Y hablamos de lo más especial o lo más insignificante, del día tan regalado o del caminito que lleva a tu casa y que con tanta ilusión has esperado,

camino vestido de amarillo de otoño en el que los pasos sienten que ya lo han caminado desde hace mucho. Lo llevabas esperando tanto tiempo y parece tan hecho a la medida que apenas si puedo recordar cómo era antes

También de eso hablamos, de tu falda y tus zapatitos, del paseo de ayer, del trabajo del que nunca tus manos se cansan. Manos grandes y gastadas, serenas como la acogida, siempre abiertas

10 comentarios:

Mariano Zurdo dijo...

Uno de esos encuentros, ya le dan sentido a un día, qué digo un día, una semana como poco...
Besitos/azos.

Anónimo dijo...

Me encanta ese tono que dominas tan bien, el de contar lo que pasa fuera desde dentro. Precioso encuentro.
Un besote

banderas dijo...

Es cierto. Tienes una extraña habilidad para introducirnos en la historia que cuentas con unas pocas palabras... y siempre recurriendo a elementos de la naturaleza o del ambiente, sin apelar a adjetivos recargados ni florituras.

El título, además, muy a juego con la idea.

Sencillamente hermoso.

Tawaki dijo...

Esos caminos de tus fotos...
No sé, te dan confianza, seguridad y sientes curiosidad a la vez. Parece que te llevan a un sitio tranquilo, conocido y secreto. Te enganchan y no te sueltan

Saludos,

PD: Aún sigo leyendo

Raquel dijo...

Mariano, ver a gente querida es siempre como encontrar un trocito de algo que te da calma y te entrega una energía especial. Tú lo sabes.

Leo, gracias. Sólo a veces sale ese tono. Es un poco como estar conversando en voz queda.

Banderas, esa historia te podía haber pasado a ti. Aunque no sean los mismos detalles, creo que todos la vivimos, por eso tal vez la podamos sentir nuestra.

Tawaki, ir a ver a Carol es siempre reconfortante. Vive muy cerca de casa y pasar un rato con ella es como tocar la realidad en toda su sencillez y humanidad. Ella llevaba mucho tiempo ilusionada con ese camino. Ayer lo vi por primera vez con las hojas amarillas y con esas plantas que C. plantó hace poco, para el otoño, por el gusto de disfrutar cada paso. Y así es ella, tranquila y segura. Lo has dicho muy bien.

Un abrazo

Viguetana dijo...

¡Qué camino tan delicioso!

Me ha hecho pensar en el camino que siguen los personajes del Mago de Oz.
:-)

Saludos matutinos (en Vigo, claro).

Raquel dijo...

Viguetana, te voy a responder con un mensaje que me acaba de mandar un amigo. Dice: "Las ultimas fotos me han echo pensar en esta cancion: 'Follow the yellow brick road, follow the yellow brick road, ....., You're off to see the wizard, the wonderful wizard of Oz...'"
Tal vez deba volver a ver la película
Saludos de mañana tardía desde Madison.

Viguetana dijo...

¡¡Ah, qué bueno!!

Pues sí, quizás es momento de volver a ver la peli.
;-)

Anónimo dijo...

Sabes que de esas misteriosas formas informáticas paseo contigo por la mañana y hoy yo también me he acercado a ver a Carol entrando en su casa por ese precioso camino que huele a otoño...dile que la esperamos por aquí pronto. Besos a las dos desde este rinconcito particular que acaba de despedir a las golondrinas y a los vencejos, que ya están volando de vuelta a Africa dejándonos los primeros días de frío...

Raquel dijo...

Hola Luigi!
Qué bonito recibirte aquí y caminar contigo hasta la casa de Carol. Mañana mismo le doy el mensaje. Ella ya va pronto, a primeros de noviembre. Tiene ganas de veros. Yo también. Parece que hace muchísimo que nos nos vemos.
Un besote muy grande