domingo, septiembre 09, 2007

Montreal (4), últimos bocaditos en Schwartz's y Atwater

Es nuestro ultimo día en Montreal. No podemos irnos sin pasar por un pequeño restaurante en el vecindario judío que varias personas nos recomendado. El sitio no es gran cosa; el espacio es pequeño, una barra a lo largo del local, mesas de formica al otro; mesas y sillas pequeñas para que quepan más. Con eso y un menú de lo más sencillo consiguen mantener una clientela diaria que llena el lugar de 9 de la mañana a 12:30 de la madrugada. ¿Qué comer?

Un sándwich de carne de ternera ahumada, patatas fritas, ensalada de col y pepinillos como complemento. Nada más. Llegamos a las 11 para tomar brunch, algo típico de los domingos, un desayuno-almuerzo, breakfast y lunch todo junto. El lugar ya está casi lleno y en menos de media hora se acaba de llenar. La gente espera a la puerta y cuando salimos aún hay cola

(Lo mismo pasó ayer en algunos restaurantes de la zona de la calle Duluth donde fuimos a comer. La gente espera para entrar y a veces esa espera dura hasta dos horas.)
Tenemos un poco de tiempo antes de ir al aeropuerto y decidimos ir al mercado de Atwater a comprar quesos de Montreal. Verduras y frutas se despliegan con el mismo cuidado que en el mercado de Jean-Talon

pero son los puestos de carne y pescado los que se llevan la palma. Yo diría que nada como los mercados de España o Portugal para comprar carnes y pescados y encontrar los cortes más inverosímiles, pero la cantidad y variedad también aquí llama la atención.
El sexto sentido físico nos arrastra a un rincón más dulce, a una pastelería que te desborda. Es casi imposible decidir qué

Al final, un café y un pastel tout chocolat

y sinónimo de satisfacción total. Eso me llevo de Montreal.

6 comentarios:

Mariano Zurdo dijo...

Uno podría perderse en un mercado bien cuidado. Esa mezcla de colores, olores y formas es impagable.
Me alegro de que el viaje haya sido satisfactorio.
Besitos/azos.

Raquel dijo...

Sí, esa es la verdad. El viaje a sido bonito. Ahora empieza realmente el curso para mi.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Raque, me ha encantado este paseo que nos has regalado por Montreal. Los dulces me han dejado con los dientes larguísimos.
Un beso.

banderas dijo...

En fin... sin palabras. Gracias por habernos hecho viajar a Montreal y comprender un poquito más el espíritu que anima su "libertad" bien compartida, su multiculturalismo...

Buenísima crónica.

Raquel dijo...

Leo y Banderas, gracias por venir conmigo.

Leo, la verdad es que esa pastelería me impresionó. También probé un pastel de frutas que... bueno, dejémoslo ahí.

Banderas, creo que ese espíritu que anima su "liberta" es clave. Tú lo has dicho.

Un abrazo para los dos.

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Viguetana dijo...

Elegiste lo mismo que yo...
:-P