El día se regó de momentos, dejó que la nieve se derritiera y llamó a marionetas y titiriteros para que jugaran con el sol y que él, poderoso y cálido, dejara que diminutas campanillas volvieran crecer
y jugara con el mismo jugar de la vida recreando y volviendo a despertar, a pesar de todo
Quiso recorrer el cielo de abril, sentir la luz de atardeceres nuevos y acompañados, sin desolación, con el pulso incipiente de la templanza
y el paso en ese momento sostenido de infinito y abrazo
2 comentarios:
ahora pensé en una palabra para describir este blog tuyo y el trabajo que hacés: transparencia.
Es precioso, cristalino, puro. Bello.
Me llegó al corazón este comentario.
Mil gracias preciosa Julia.
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