Cruzo el océano para encontrarme con mi familia, para celebrar un cumpleaños especial, para robarle una alegría más al tiempo, una sorpresa a los días. Tal vez pueda trazar alguna de las huellas de la memoria pero la verdad, dejo los días abiertos a su propio destino, los ojos y la mirada nueva, las manos junto a las de los mejores compañeros de viaje. Viaje esperado, muy querido.Tal vez no, o tal vez sí, si los días y las noches se dejan, pueda contar de sus pasos y su discurrir, o de esos fados que me muero de ganas por escuchar en algún lugar del Barrio Alto o de Alfama
Qué maravillosa es esa sensación de poder descubrir algo nuevo y diferente, recorrer lo desconocido y mimar el encuentro.
1 comentario:
Yo quiero ir a Lisboa. Vieras qué ganas que tengo.
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