Muchas razones para disfrutar de la vida, unos cuantos años ya aprendiendo a equilibrar mejor las pasiones, aprender a llevar las tristezas, recorrer con calma los rincones del gozo.
Hoy es esa simpleza de lo obvio, el deleite en la sencillez de sentarse a media tarde junto a muchas otras personas que disfrutan de la tibieza del aire, la luz, que te sonríen, que viven con tanta despreocupación como tú esta primera oportunidad de estar afuera, en esa terraza junto al lago,
que contemplan el fluir, la sencillez del rastro
Vivo en Madison por diversas razones. Por ahora es así y es aquí. No es el lugar donde nací pero es la ciudad donde he pasado muchos años, la que riega recuerdos para que mi corazón también los viva, la que recoge una parte de mí y añade un rasgo a otra (¿cuántas personalidades en una misma persona? ¿cuántas caras? ¿cuántos devenires en un sólo destino?).
En la terraza del Union, junto a ese lago, esta imagen de siempre, hoy con esa luz de contraste que siempre busco, con un saludo al atardecer abierto sobre el horizonte del tiempo
2 comentarios:
Son los pedacitos de vida que le dan sentido a todo.Hermoso.
Sí. Gracias sabia Julia.
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