Se siente callado este final del día. Son poco más de las 7:30 y la luz parece haberse agazapado en una cadencia tranquila que se despliega y va cayendo con suavidad. Salgo un momento a escuchar ese reflejo dorado sobre las ramas altas, un viaje de calidez y grillos que en la misma cadencia arrastran la luz. Es sólo un momento, el sol de paso,
un paso en las horas del día que te guiña un ojo para que le hagas caso.
Poco después los colores se avivan,
aún con calidez y en silencio
como tus manos, cálidas y calladas cuando hoy las miro y las veo delatar ternura. Tu día, tu atardecer.
3 comentarios:
Qué bonito, Raquel...
Muy bueno el texto y me ha gustado la secuencia de fotos.
Un saludo
Leo, gracias. Me gusta siempre que estás por aquí y dejas tu huella.
Un beso
Elfonso, gracias a ti también y un saludo.
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