
Hay muchas capas en el tejer de la música. Su telar es grande y en él caben hilos de mil texturas y colores. Su confección no espera al final para mostrar la labor: en cada trama, una entrega.
Niños que tocan músicas, futuros abiertos, generaciones en las que algo de una sensibilidad distinta puede que ayude a crear mundos vestidos de respeto.




Paso por ahí y le robo alguna imagen al momento en que comienzan a prepararse para la orquesta. Algunas caras y miradas también se te quedan adentro




2 comentarios:
¡Qué caras de ilusión! Qué ternura más grande.
Niños armados con instrumentos musicales: un precioso ejército.
Un abrazo.
¿Verdad? Así es en realidad, es especial y emocionante.
Un abrazo para ti también
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