Casi puedes imaginar un mar de aguas turbias, una vela reflejada en el agua. Es sólo que ha llovido y el agua se queda en la madera vieja, madera rodeada de verde empapado de humedad, incontenible
Siempre se me olvida la humedad de los veranos en Madison. Y es cuando llueve un poco y no hace frío que ese verde y esa humedad inundan. Los mosquitos también. Parecen tiburones hambrientos al acecho; no hay tregua.
Ha llovido muho hoy. A ratos despeja y aprovecho para tirar guías y que las tomateras no se derrumben con su propio peso, que puedan crecer un poco más estiradas. Han sobrevivido el verano. Parecen tener más hojas que fruto pero todavía hay tiempo para que nazcan y sonrojen, ya los elegí tardíos. Igual, aunque sólo sean dos los que lleguen, bienvenidos; el disfrute será mucho
5 comentarios:
todo tan verde ...
lindo!.
Dos entradas preciosas (como siempre) las de ayer y esta de hoy. Llenas de melancolía, de cierto esfuerzo -sensibilidad- del que se está reubicando. Preciosas.
Un beso grande.
Gracias Leo. Un besote para ti también.
¡Más envidia que me das!
Yo también espero poder plantar pronto tomateras y otras plantas... En estos momentos, nuestro pisito alquilado no tiene ni un triste balcón.
Hasta luego.
viguetana, no tengo plantado mucho porque no tengo tiempo para cuidarlo y porque no paso la mayor parte del verano aquí pero da mucho gusto cuando esos tomates maduras y sólo tienes que salir a recogerlos. Pronto te llegará el turno. Vas a ver.
Un abrazo
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