Tan inmersos en lo que estamos haciendo que parece que el único universo que ahora existe es el de nuestras clases, orquesta, coro, música de cámara, sikus, talleres, juegos, veladas, conciertos. Músicos dándole vida interior a todo eso, cada uno de nosotros, niños, adultos. Esa es la realidad que ahora vivimos, la que nos sustenta. Es una misma danza, un mismo esfuerzo
Hoy asoman por aquí Maite al acabar su taller de grabado. Una delicia vivir de cerca su creatividad de artista,
María en una de sus clases de trompa,
Amaya en la clase de acordeón
y Mercedes en la de chelo
5 comentarios:
No soy músico, pero llevo muchos años cantando en un coro. Por eso me es un pelín más fácil entender tu pasión por la música y por lo que esta transmite y uno.
Besitos.
Y yo, que he estado leyendo estos días sin pararme a comentar, estaría encantado en semejante experiencia. He sido monitor de campamento en varias ocasiones y es una experiencia fantástica, mágica, creativa, intensa, divertida... y agotadora.
Lo malo es que no toco ningún instrumento, así que no tengo futuro en vuestra EVE ...ja!ja!ja!
Bicos y hasta pronto... (vuelvo el lunes)
Mariano, siempre que escribes acerca de las aventuras de tu coro las vivo muy de cerca y, claro, me encantan. Claro que eres músico, aunque no puedas vivir de cantar. Ven a cantar con nosotros el día del concierto.
Un abrazo grande
Banderas, ya me iré poniendo al día poco a poco. Por ahora es así, con todo el tiempo para esta EVE. Pues fíjate, aunque no toques ningun instrumento, siempre serás bienvenido. Siempre necesitamos a personas creativas y con ganas de trabajar y capacidad para agotarse. Tú sabes lo que es.
Un abrazo y gracias por estar
Tienes una profesión maravillosa, eres afortunada.
Bicos!
Gracias, Wilde. Estos son los buenos momentos de esta profesión... No, hay muchos más.
Un abrazo
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