Las manos llenan espacios, los entretienen con sus mariposas. Como la música, ellas también los sustentan, le dan vida. Manos que tocan instrumentos, ecos interiores, velos detenidos entre instantes.
Hoy miro esas manos que también saben recibir con sencillez otras herramientas. Me detengo entre ellas y me asombra su habilidad para crear y construir de la nada. La imaginación abre sus alas y las entrega. Manos de niño o de adulto.
Camino por los espacios en los que trabajamos y siento esa entrega casi total, ese sumergirse en algo con tal naturalidad que llama la atención, como si no fuera hoy la primera vez.
Esta tarde paseo la mirada por los talleres y me dejo llevar por la belleza de las manos y el espacio que crean
lijando tubos para hacer sikus,
haciendo y preparando dibujos que luego se convertirán en grabados,
aprendiendo a hacer juegos de magia,
diseñando y haciendo objetos de bisutería "musical",
papiroflexia con figuras que a veces traen trucos inesperados,
haciendo mosaicos de tela
diseñando mandalas,
haciendo maracas y flautillas
o tallando piedra de Villamayor
Manos abiertas, sabias en su frescura y maravillosas en su capacidad de aprender y hacer.
4 comentarios:
No me extraña que estés tan implicada y emocionada. Suena (y nunca mejor dicho) genial.
Me encanta que ataquéis el arte con los niños desde todas las perspectivas. Sin duda es la mejor manera de aprender/divertirse.
Un besazo y sigue disfrutando.
gracias por traerme la eve a casa...
Gracias Mariano, me alegra saber que estás ahí y que tú, como músico que eres, entiendes de todo esto.
Sebastián, te visualizo aquí en cualquiera de las cosas que hacemos. Se te echa de menos. Ninguna disculpa para el próximo año.
Un abrazo grande para los dos
tus manos son mi conjuro, mis acordes cotidianos...te quiero porque tus manos...
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