miércoles, enero 24, 2007

Reflejos

Hace frío. Esta noche salgo un momento, rápido. La veo. Ahí está, brillante y hermosa. Me sorprende. No puede ser que ya haya pasado casi un mes, su ciclo inviolable de 28 días. Ahí, silenciosa, vestida de plata. Resplandece. Una punzada de nostalgia me roba la templanza. La última vez que la vimos estábamos allí, en uno de esos paseos de andar rápido, conversación imparable. Inocencia y sabiduría todo en uno, en ese ricón, inviolable también. Nuestro. Imán.

Hace frío. Demasiada oscuridad. Y ella. Entro. Busco un color que resplandezca, que me alce. Voy al jardín botánico, al paseo junto al sol. Encuentro ese color que reanima, que casi junto a tí respira de tan vibrante

Aún no quiero perder la otra, la que vimos, juntas. Todavía quiero mimar su memoria, recoger su reflejo, su vida, la que nos regalaba a cada paso del camino. Hoy no quiere su retrato, ser desvelada, dice. Prefiere caminar sola, nada perturbando su estela, huella silenciosa. La dejo. Busco otros reflejos

y los recogo. Para ella.

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